miércoles, 4 de noviembre de 2009

Banes contra el bloqueo


Por Rubicel González
rubicel@ahora.cu
Desde inicios del siglo XX, el territorio de Banes era conocido mundialmente por su producción azucarera y bananera; gracias a la yanqui United Fruit Sugar Company. Al llegar el triunfo revolucionario de 1959, el territorio diversificó su actividad económica y el programa que Fidel prometió en el Moncada continua siendo una realidad.
El municipio, con la tercera población tras Holguín y Mayarí, muestra importantes resultados productivos, sociales y económicos. Según la Oficina Nacional de Estadísticas, en el 2008 la tasa de mortalidad infantil alcanzó el uno por ciento por cada mil nacidos vivos; y existen 151 instalaciones de salud con diferentes especialidades o tipologías, por citar sólo dos ejemplos bien elocuentes.
En los próximos meses, como parte de las acciones a desarrollar en el municipio, sede del acto por el Aniversario 51 de la Revolución; se invertirán cerca de 4, 5 millones de pesos en la vivienda. Lo que permitirá alcanzar el 70 por ciento en la recuperación de las afectadas por Ike. Asimismo, unos 15 kilómetros de carretera serán reanimadas. Sin embargo, ¿Cuánto más podría hacerse si no existiera el bloqueo económico, comercial y financiero? ¿Cuántos proyectos de construcción, transporte, industria, turismo, agricultura y otros, fueran posibles?
Acercándonos al impacto del bloqueo sobre Banes, Neuris Bairán, directora del hospital clínico quirúrgico “Carlos Font Pupo”, comenta que los pacientes de hemodiálisis son víctimas de la política norteamericana. “Solo los casos extremos se ingresan pues supone un gasto altísimo en medicamentos, que en muchas ocasiones no puede adquirirse por nuestro país.
“Lo mismo ocurre con el material gastable como jeringuillas, guantes, esparadrapo, equipo de venoclisis, dialisadores y otros, cuyo uso racional es imprescindible. No obstante, ningún paciente se ha dejado de atender por falta de ellos, esfuerzo de Cuba que los adquiere en mercados lejanos y a precios encarecidos.”
Leticia Turatiz Castro, jefa de nefrología de dicha institución, expone que hoy existen 22 pacientes hemodialisándose, tres veces por semana. Este tipo de atención costaría internacionalmente por cada consulta, algo más de 132 dólares. Además, cada paciente recibe un bulbo de eritropoyetina, medicamento elaborado en Cuba recientemente con materia prima importada a un costo promedio de 120 pesos.
La producción de artesanía también sufre los efectos del bloqueo. Según Yamilín González Pinillo, directora de industrias locales en Banes, explica que durante el año no han podido hacer velas por falta de parafina, comprada en el extranjero. De igual manera ocurre con la materia prima necesaria para la confección de calzados como el popular mocasín debido a la carencia de cuero, suelas y pegamento.
“Tampoco contamos con tejidos para realizar sábanas, fundas y otras prendas del hogar. Buscamos alternativas con recortaría, o sacos para sogas de diferentes utilidades; tarea en la que laboran cinco trabajadores ciegos. También trabaja un artesano a domicilio, quien confecciona jarros de plástico”, señaló.
En la enseñanza especial los efectos se constatan en la escuela Héctor Güidi, centro de referencia municipal con matrícula de 200 niños en diferentes modalidades educativas: la enseñanza presencial, las aulas anexas y los asistidos en sus domicilios por maestros ambulatorios; desde edades tempranas hasta la adolescencia.
“Aquí hay niños con retraso mental y en el desarrollo síquico, junto a otros de inteligencia normal que sufren alguna discapacidad. Una consecuencia del bloqueo es la no utilización de material bibliográfico y medios requeridos para esta enseñanza. En sustitución debemos emplear los libros de la educación general y adaptarlos. Por otra parte tampoco contamos con la técnica de motricidad, indispensables para niños con síndrome de Down”, condenó Rubiseida Velásquez, directora de la escuela.