viernes, 27 de julio de 2012

La Artesanía inunda Guayaquil

Por Rubicel González Un gran mestizaje cultural es la imagen que define a la 7ª edición de la Feria Internacional de Artesanía, Joyas, Diseños y afines que desde el pasado 20 y hasta el 29 de Julio tiene lugar en el Palacio de Cristal en Guayaquil. Este año acudieron a la cita Argentina, Cuba, Ecuador, India, Kenya, Perú y Sudáfrica con una muestra de lo mejor de sus productos artesanales. En esta edición Sudáfrica presentó amplia variedad de productos artesanales que abarcan coloridos lienzos representativos de escenas de cacería, objetos ornamentales y esculturas realizadas en maderas preciosas, marfiles, huesos y piedras con motivos humanos y animales. De igual manera, Perú exhibe una amplia tradición artesanal y por medio de sus maravillas manuales, provenientes de Lima, el Cusco, Cajamarca y Trujillo. Joyas de Plata, Oro, Tejidos, manteles, cuadros, chales y chompas son los más llamativos. La presencia de la India por segunda ocasión atrajo al público con sus excelentes productos textiles finamente adornados, así como las joyas elaboradas a partir de la combinación de metales a base de plata blanca y la negra alemana. Cuba también presenta una muestra de su artesanía a través del Fondo Cubano de Bienes Culturales. Los calzados de cuero son uno de sus principales atractivos, así como la bisutería realizada a partir de caracoles de cálidos matices, de fibras naturales o del preciado Carey. El país ecuatoriana muestra al mundo su diversidad a través de auténticas producciones originadas de culturas ancestrales, como son los dulces tradicionales: el planchado, las quesadillas, el manjar, la cocada entre otras delicias de la sierra y la costa ecuatoriana. También la medicina alternativa, las plantas ornamentales y medicinales, los trabajos en madera y bambú, así como libros hechos a mano, joyas, accesorios elaborados con productos naturales, telas de fino bordado y tejido, prendas de vestir y diversas manualidades que muestran la destreza y calidad que han alcanzado los artistas de esta rama cultural en el país. La ciudad de Cuenca, ubicada en la entrada principal resulta de las más atractivas. El Arpa Cuencana recibe a los visitantes con los pasillos, boleros y otros ritmos que invitan a disfrutar de una alegre estancia donde además se puede encontrar una impresionante variedad de productos como joyas, accesorios, sombreros toquilla para hombre y para dama, objetos de decoración que representan las tradiciones locales en madera, huesos, y cerámica, así como hermosas muñecas de todos tamaños. Resultan de interés las artesanías de ladrillo en miniatura que han sido elaboradas por pacientes que se recuperan de la adicción a las drogas y el alcohol. Estas manualidades son realizadas durante el proceso de rehabilitación en la Comunidad Terapéutica “Hacia una Nueva Vida”, una institución sin fines de lucro que trabaja en el diagnóstico y tratamiento de la drogodependencia.

martes, 17 de julio de 2012

La transformación social comunitaria en Cuba

por Rubicel González y Hugo Arévalo Durante siglos, los habitantes de Cuba no tuvieron muchas oportunidades de vivir plenamente, tanto en la Colonia como en la República, salvo aquellos que su estatus económico condicionaba las posibilidades de acceso a los servicios y oportunidades creadas para satisfacer las necesidades de un grupo escogido. Hasta el triunfo de la Revolución, los cubanos accedían a los indicadores del nivel de vida precisamente de acuerdo a las posibilidades económicas y educativas que poseyeran. La apertura a la masificación de la cultura, la práctica del deporte, la salud y educación gratuita; así como la seguridad social, fueron cuestiones tratadas desde el mismo inicio de las ideas revolucionarias, una parte de ellas plasmadas por Fidel Castro en la Historia me Absolverá y puestas ya en práctica por más de medio siglo. Quizás, la frase “Con todos y para el bien de todos”, enarbolada por José Martí, define las intenciones del proyecto sociopolítico que puso como centro al hombre, de ahí que en reiteradas ocasiones Fidel ha resaltado que nuestro principal recurso, son los humanos. No era de esperar entonces que además de los asuntos principales presentados en 1953, como la industrialización, la tierra o vivienda, también estuvieran las medidas para darle al pueblo toda la justicia, equidad e igualdad posibles. Aparte de los fundamentos fundacionales y las circunstancias que dieron origen a la creación de los CDR y la FMC, ambas organizaciones de masas se caracterizan por su alcance y desempeño comunitario. Las dos impulsan la transformación objetiva y subjetiva de la gente. Sin ellas, buena parte del trabajo comunitario, ya sea asistencial o de nuevo tipo, no hubiera sido posible. Hay que destacar además, el impacto que ha tenido la extensión de servicios claves a nivel local como los consultorios del Médico de la Familia, los círculos sociales, terrenos deportivos y espacios culturales, centros de capacitación e investigación, así como unidades económicas y productivas, en el bienestar de nuestro país. La implementación de los adelantos científicos y técnicos a lo largo y ancho de la Isla, dieron al traste con las grandes diferencias entre barrios ricos y marginales, campo y ciudad. Así, la electrificación es uno de los logros más notables junto a la telefonía, redes hidráulicas y de alcantarillado, mejor confort y calidad en las viviendas, el trasporte, sobre todo hacia lugares intrincados, la disminución de zonas de silencio radiotelevisivas, el avance en la informatización de la sociedad; frutos que acortaron las brechas entre los distintos sectores de ésta. Los derechos fundamentales de los cubanos están plasmados en la Constitución de la República de Cuba. Por ejemplo en los Fundamentos Políticos, Sociales y Económicos del Estado, dice el artículo 9 que el Estado “asegura el avance educacional, científico, técnico y cultural del país”. En el inciso b) sostiene como responsabilidad “que no haya persona que no tenga acceso al estudio, a la cultura y el deporte”. (2004, p.2) Como otros derechos, la Carta Magna también refrenda la recreación en nuestra sociedad. En el Capítulo V se especifica que trata sobre Educación y Cultura, específicamente los artículos 39, inciso d), g), i). Este último señala que “el Estado promueve la participación de los ciudadanos a través de las organizaciones de masas y sociales del país en la realización de su política educacional y cultural”. Desde el mismo 1959, aparecen varias instituciones, organizaciones y normas jurídicas que aparte de su papel histórico en esos momentos, condicionaron el futuro de Cuba desde la participación popular y las posibilidades de autorealizarse como ser humano. En el encuentro con la vanguardia intelectual del momento, conocida como Palabras a los Intelectuales, quedaba definida la política cultural que la Revolución prescindía y podía ofrecer sin distinción de raza, sexo o procedencia social. De este modo, amplio proceso de democratización de la cultura tiene lugar y momentos importantes se ponen de relieve desde 1961 con la Campaña de Alfabetización, que alfabetizó a casi un millón de personas (más de mil 200 alfabetizadores de Holguín). Se instauran instituciones emblemáticas para la cultura del país, entre ellas la creación de escuelas formadoras de instructores de arte en cada una de las provincias. La extensión de los servicios culturales a las zonas rurales y montañosas, la existencia de una amplia infraestructura institucional dedicada a promover la creación artística y literaria, a la producción, circulación y difusión de bienes y servicios culturales, integrada por Casas de Cultura, Bibliotecas, Galerías, Museos, Teatros, Cines, Salas de Video, entre otras. (Sitio Web del Ministerio de Cultura). Varios decretos y resoluciones dieron al traste con el papel que debe poseer la cultura para el pueblo y sobre todo, para el proceso sociopolítico iniciado desde 1959. Esa importancia la vislumbró siempre Fidel quien expresara que “Una Revolución solo puede ser hija de la Cultura y las ideas”. Para lograr la diversificación, su presencia en cada espacio del país, surgen los programas territoriales, los cuales expresan la política cultural teniendo en cuenta las particularidades de cada lugar. Se elaboran a partir de un diagnóstico que tiene en cuenta los antecedentes histórico-culturales de cada sitio, sus tradiciones, las características específicas en el orden social, económico y cultural en general. Una de las ideas de construir y disfrutar de una sociedad más preparada científicamente, con sólidos conocimientos de diversa índole y de amplio acceso a ese programa; fue la que dio origen a la formación del pueblo en una Cultura General Integral. Así lo expresaba el propio Fidel en 2002 a la Agencia de Noticias Prensa Latina, donde se aseguraba que toda Cuba sería una gran universidad. Dos años después, recalcaba que la cultura general integral era el único antídoto eficaz contra los intentos de globalizar la cultura de dominación, manipulación, idiotización e individualismo que hipnotiza y margina a millones de seres humanos. (Diario Granma en Internet, 2004) Al intervenir en el II Taller Nacional "La Universidad en la Batalla de ideas" en 2002, aseveró que esa conviccion parte de las infinitas posibilidades de trasmitir conocimientos y la posibilidad de Cuba de construir una sociedad culta y humana, con sólidos conocimientos y valores, pensamiento propio y una clara vision acerca de la justicia y la solidaridad. Varios programas impulsados desde 1999 perseguían convertir a la Isla en el país más culto del mundo, y aunque el eslogan hoy parezca ambicioso, lo cierto es que el surgimiento de la Batalla de Ideas cambió la vida de los cubanos. Fue la década del surgimiento de los dos canales educativos donde se divulgaban e impartían varios cursos por television sobre arte, historia, geografia y ciencias, conocidos como Universidad para Todos, que eran la columna vertebral para el sistema educativo regular y otros irregulares como la Universidad del Adulto Mayor, el Curso de Superación Integral, los de obreros, Maestros Primarios, Trabajadores Sociales, Instructores de Arte y en fin, todo el que deseara conocer y aprender. Otro propósito del gobierno cubano, como manera de descentralizar los servicios culturales y garantizar el acceso popular a los canales de información y recreación sana; fue la apertura de las salas de televisión o video. Estas surgieron en localidades intrincadas fundamentalmente donde no existía energía eléctrica beneficiando a más de medio millón de personas en las más de mil 800 salas. (Sitio de Cubasolar, 2004) Estos locales se convirtieron en el centro de la vida sociocultural de esas zonas puesto que vinculaba no solo la de proyectar materiales audiovisuales, si no también promocionaban actividades, minibibliotecas, juegos de mesa; incluso en algunos sitios, es donde se convocan las reuniones del CDR o trabajan fisioterapeutas como en El Cedrito a cinco kilómetros de Sagua de Tánamo, Holguín. De igual importancia por su impacto comunitario es el programa de Joven Club de Computación y Electrónica, una red de centros tecnológicos que surge el 8 de septiembre de 1987, con el objetivo de contribuir a la socialización e informatización de la sociedad cubana. Misión de proporcionar una cultura informática a la comunidad con prioridad hacia niños y jóvenes, desempeñando un papel activo, creativo y de formación de valores en ese proceso. (Sitio Web Joven Club de Computación y Electrónica, 2011) No caben dudas que uno de los programas de mayor impacto es el de Instructores de Arte. Aunque su surgimiento se remonta a 1961 en el año 2000 se retoma la idea de la creación de nuevas escuelas con estos fines. En los momentos actuales sus objetivos principales son impartir talleres de apreciación-creación en escuelas primarias, secundarias básicas, politécnicos, escuelas de conductas y preuniversitarios con el fin de convertirlas en los Palacios de Pioneros de la comunidad transformando su entorno sociocultural y creando un estilo propio donde se integre lo artístico, lo humano y lo patriótico para propiciar la asimilación de juicios críticos y gustos estéticos correctos desde la más temprana edad. (Enciclopedia Colaborativa Cubana EcuRed, 2011) Con el surgimiento del INDER el 23 de febrero de 1961, se garantiza la satisfacción de necesidades recreativas de la población, a partir de la diversificación de ofertas según gustos y preferencias en correspondencia con los diferentes sectores poblacionales, incrementando los niveles de participación, así como disciplinas recreativas, contribuyendo a la calidad de vida y ocupación sana del tiempo libre. (Pérez, A. 2010, p.187) Hasta 2007 se han formado 43 mil licenciados en cultura física, que al sumarse con los de nivel medio superior, llegan a 82 000 profesionales en la rama de la cultura física y el deporte - lo que equivale a uno por cada 342 habitantes, 64 profesionales por cada uno que existía en 1959. Hay más de 11 mil 523 instalaciones deportivas, lo que le permite al pueblo cubano a acceder a todas las formas posibles de prácticas deportivas. En general Cuba está ubicada desde hace más de tres décadas entre los 10-11 mejores países del mundo, en el campo del deporte mundial, y ocupa los primeros lugares en el hemisferio americano y la zona de Centroamérica y el Caribe. El país tiene en toda Iberoamérica, la segunda tasa en por ciento, por la cantidad de medallas alcanzadas en Juegos Olímpicos, en relación con la cantidad de habitantes, a razón de 2,52 por cada 100 mil habitantes. (Sitio Web Revolución Cubana, 2009) Actualmente, la política iniciada por nuestro gobierno hace poco más de cinco décadas, se reafirma en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobado en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba en abril de 2011. El lineamiento 163 sobre la cultura, dice: Continuar fomentando la defensa de la identidad, la conservación del patrimonio cultural, la creación artística y literaria y la capacidad para apreciar el arte. Promover la lectura, enriquecer la vida cultural de la población y potenciar el trabajo comunitario como vías para satisfacer las necesidades espirituales y fortalecer los valores sociales. Bien claro aparece también las intenciones del gobierno cubano para la práctica y fomento del deporte, pues el lineamiento 161 así lo recoge. Priorizar el fomento y promoción de la cultura física y el deporte en todas sus manifestaciones como medios para elevar la calidad de vida, la educación y la formación integral de los ciudadanos; para ello concentrar la atención principal en la práctica masiva del deporte y la actividad física, a partir del reordenamiento del sistema deportivo y la reestructuración de su red de centros. Nadie duda que las conquistas más significativas de la Revolución sean la salud y educación. En tal sentido, el proyecto de lineamientos da amplia cobertura a mantener e incrementar los niveles de eficiencia y calidad. También deja entrever el protagonismo de las comunidades como impulsoras de indicadores superiores de bienestar social. De esta forma el lineamiento 159 sobre salud dice, “Fortalecer las acciones de salud en la promoción y prevención para el mejoramiento del estilo de vida, que contribuyan a incrementar los niveles de salud de la población con la participación intersectorial y comunitaria”. Por otro lado, en el Capítulo II del documento base para la Primera Conferencia Nacional del PCC, el articulo 43 recoge: “Incentivar la participación real y efectiva de la población en la ejecución de proyectos que estimulen la iniciativa y rindan frutos concretos para el desarrollo local”. Mientras el número 61 indica: Perfeccionar la enseñanza y divulgación de la historia de Cuba, en el interés estratégico de fortalecer la unidad nacional y promover la comprensión sobre el origen y desarrollo de la nación, en la consolidación con un pensamiento propio, guiado por la idea de justicia, la tradición patriótica, solidaria e internacionalista de nuestro pueblo. (2011) Algunas cifras comparativas sobre los servicios de salud en Cuba antes y después del triunfo revolucionario, muestran la aplastante diferencia y resumen la voluntad del país para permanecer entre una de las naciones con mejores indicadores en el mundo. Por ejemplo, en 1958 la esperanza de vida era de 62.3 años y al cerrar 2011 alcanzó los 77,9 años. El desarrollo sociocultural en Cuba, ya sea por medio de la recreación o no, sobre todo en la última década, ha hecho hincapié en realizar sus actividades de manera que contribuya al crecimiento integral de las personas y su formación partiendo de los valores y el contexto de nuestra sociedad. Puede decirse que institucionalmente el tema de la educación popular y la recreación está bien estructurado en su concepción, incluso es efectivo y palpable en centros educacionales y de recreación, no con igual suerte en las comunidades y dentro de estas, las rurales. Como lo señalan algunos sociólogos de comunidades rurales (Martínez Casanova, M., Figuera Matos, D. & Fajardo Nápoles, L.), la vida en estas está permeada por factores y características específicas basadas en una forma de vida que pone por delante hábitos y oportunidades sociales, ambas pueden ser positiva o negativa de acuerdo a la manera de manejarlo y cómo la gente se apropie de los instrumentos necesarios para generar desarrollo. El contexto rural aporta elementos favorables para el trabajo social tales como sentido de pertenencia e identidad pronunciada, profundos mecanismos de relación e interrelación social, especialmente familiar y parental. De tal manera el trabajo social en las comunidades rurales busca promover cambios mediante la plena participación como vía de ayuda, que permita a los sujetos comunitarios conocer la vida cotidiana y orientarse hacia el logro de una conciencia crítica para la transformación en el proceso de auto desarrollo. Asimismo, persigue promover el protagonismo de los factores endógenos de la comunidad rural. Hacer actividades orientadas a elevar los procesos de cooperación, integración e implicación de los sujetos e instituciones en los procesos de transformación. De esta manera se fundamenta el realizar una estrategia de intervención sociocultural en la comunidad rural La Macagua. En Cuba, la UNICEF es una de las organizaciones internacionales que más trabaja la calidad de vida en todos los ámbitos con carácter educativo, medioambiental, sostenible y de autodesarrollo. En la provincia Holguín existe uno de esos proyectos. Ubicado en Urbano Noris, la Casa Taller “Reparadora de Sueños” es el centro cultural participativo donde los niños y las niñas desarrollan todas sus habilidades artísticas, deportivas e intelectuales. Este proyecto pretende apoyar esta importante labor que fomenta su derecho a una recreación sana. Otras organizaciones y organismos con esa responsabilidad como Cultura y Deporte, son los encargados fundamentales de poner en práctica los proyectos aunque los Trabajadores Sociales e Instructores de Arte también asisten. Aún, llevar la transformación a la comunidad mediante intervención social presenta fisuras, deficiencias y casi nunca se alcanza con el seguimiento y multidisciplinariedad que debiera. Maria Emilia Rodríguez, quien es especialista de programación en la Dirección Municipal de Cultura de Holguín, explica que el departamento de programación planifica actividades de acuerdo a gustos y preferencias de la población. Acciones que salen del diagnóstico realizado en las comunidades, la cual es ejecutada por los promotores culturales. Otro objetivo de esta instancia a nivel local es divulgar y promocionar el talento del territorio. Todos los meses los delegados de circunscripciones deben recibir del promotor cultural en su reunión de promoción ese plan de actividades, que no siempre se cumple. A veces las actividades de cultura se ligan con las del INDER como en los Planes de la Calle. Las fiestas de barrio se planifican los domingos en sitios donde no llega la cultura y otros servicios, sobre todo en los 10 consejos rurales, algo intermitente y esporádico. Los instructores de arte tienen como responsabilidad cuatro horas semanales para realizar actividades en la comunidad, grupos, individuos e instituciones. Hay comunidades en que ese vínculo se ha logrado pero en la mayoría no ocurre así. Impacto fundamental en las investigaciones y transformaciones de las comunidades en la última década, estuvo el programa de Trabajadores Sociales, creando proyectos de intervención social encaminados a la transformación del barrio y fundamentalmente de las familias como célula fundamental para el desarrollo de la sociedad. En las 248 circunscripciones del municipio existían a fines del 2011, 150 proyectos de intervención, sobre todo en barrios con desventaja social como los marginales. El trabajo social se potencia con buena incidencia en comunidades rurales como Pedernales, Sao Arriba y El Purial. Producto a tareas que el programa enfrentó en su momento, la gente vio a los trabajadores sociales netamente como entes de servicios sociales, asistencialistas y no como gestores del desarrollo sociocultural. Una vez que el programa se integre a las direcciones de Trabajo en cada territorio, de más de 500 profesionales, deben quedar 215, que no cubrirán a uno por circunscripción. Entre los estudios anteriores hay algunos intentos de trabajo comunitario integrado en el municipio Holguín. El más conocido es en el reparto Alcides Pino y también en otros Consejos Populares como Alex Urquiola donde se interviene en problemas materiales acumulados en el tiempo, inherentes a estos barrios marginales, como los viales, la vivienda y otros servicios sociales. Principalmente se atiende desde lo asistencial y formación de valores, actitudes y sentimientos que caracterizan nuestra sociedad. Otra de las instituciones esenciales en la prevención y educación a escala masiva es el Centro Provincial de Promoción de la Salud. Sobre sus hombros recaen diversas tareas de carácter instructivo y de capacitación que permiten gozar de mejor calidad de vida a la población en general, pero específicamente en grupos de riesgo como embarazadas, diabéticos y niños, así como campañas contra la tuberculosis, el VIH o la influenza. Para tales propósitos los profesionales y especialistas de este centro ejecutan talleres, visitas y planes de trabajo en conjunto con varios organismos cuyo objetivo fundamental es divulgar y prevenir en los tres niveles que estudia el Trabajo Social: individual, grupal y comunitario, usando para ello recursos y medios locales en actividades planificadas por otros como las Fiestas de Barrio o centros docentes. La idea es poder hablarles a las personas cara a cara, en ese sentido es vital la acción del médico y enfermera de la familia. Otra vía de incidir en la calidad de vida por medio de la salud comunitaria, es con la puesta en marcha de lo que se conoce como “brigadista sanitaria”, quien la FMC impulsa y está apta para ejercer su actividad pedagógica y brindar servicios elementales como primeros auxilios. Existen convenios de trabajo entre salud y educación, donde conocido como el plan director, el docente debe en algún momento de su clase hacer alusión a aspectos de prevención como alcoholismo, higiene o plantas medicinales. De ahí que cada escuela tenga un promotor de salud para tales menesteres. Cooperación semejante también se da con los CDR, la ANAP y otros sectores enclavados en las comunidades cubanas. La carrera de Estudios Socioculturales, muy unida al Trabajo Social entiende como parte de su concepción formativa, la de preparar a un gestor de los procesos culturales que favorezca la creación y el desarrollo de la cultura, a partir de acciones de investigación, promoción, animación, preservación, y la capacitación de los actores sociales. Sin estos indicadores no puede existir transformación social posible.

martes, 3 de julio de 2012

¿Ruinas en mares cubanos?Una historia aún por develar

Por Julia Calzadilla Núñez jcn@cubarte.cult.cu El hallazgo de enormes formaciones rocosas en los mares que bañan la península de Guanahacabibes constituye en verdad una sorpresa inesperada y apasionante para la arqueología submarina. Las expectativas a nivel internacional no decaen. Arqueólogos, geólogos, antropólogos, historiadores, filólogos, científicos estudiosos de culturas antiguas en sus diversas manifestaciones, así como el público en general, esperan los resultados de las investigaciones iniciadas en el año 2000 y continuadas actualmente, ahora con medios más avanzados de todo tipo. La insoslayable pregunta es si se está o no en presencia de estructuras megalíticas construidas hace miles de años por la mano del hombre o si, por el contrario, se trata solo de enormes formaciones naturales de piedra o de alguna otra formación geológica. Citemos algunos datos: el descubrimiento realizado en el año 2000 por la empresa canadiense Advanced Digital Communications (ADC), que conjuntamente con especialistas del gobierno cubano2 lleva a cabo una labor exploratoria en busca de restos de naufragios ocurridos en estas aguas en siglos pasados, se produjo de manera accidental mientras el equipo encabezado por la ingeniera marítima ruso-canadiense Paulina Zelitsky cumplía esta tarea en las aguas del occidente de la isla de Cuba. Estas gigantescas formaciones rocosas, posiblemente de granito, a las que Zelitsky atribuye una antigüedad de unos 6000 años a.n.e. y por el momento considera como posible obra humana en espera de ulteriores evidencias probatorias, están situadas a una profundidad de 2100 pies (650 metros) y, a primera vista, parecen tener una determinada organización que incluiría formas piramidales, según declaraciones del Dr. Gabino de la Rosa, especialista del Centro de Antropología Nacional de Cuba. No obstante, a pesar de que al año siguiente, en 2001, se prosiguió la labor de exploración con la ayuda de un robot submarino, las fuertes corrientes marinas y la poca visibilidad impidieron la toma de evidencias capaces de permitir demostrar una u otra hipótesis. En el 2002, el equipo regresó de nuevo a la zona, y con sistemas de iluminación y técnicas más potentes, prosigue sus investigaciones. No asombra, pues, que semejante hallazgo haya dado pie a numerosas especulaciones que el propio equipo que participa en esta interesante misión de arqueología submarina ha evitado alimentar sin contar aún con bases sólidas que permitan emitir un fundamentado juicio científico. La importancia de la arqueología, en este caso submarina y prehistórica, es indiscutible. La arqueología, en general, recupera los artefactos creados por el hombre y, a partir de ellos, tras analizarlos y clasificarlos, pasa al nivel de la “industria”3, de ésta pasa al conjunto 4 y “cuando el arqueólogo describe varios conjuntos similares, en sitios diferentes, se refiere a ellos como hablando de una cultura” 5. En resumen, que el correcto análisis y clasificación de los artefactos representa el punto de partida idóneo para llegar a establecer las relaciones sociales de una cultura antigua determinada, ya sea prehistórica o histórica. En el hecho que nos ocupa, por el polémico debate suscitado hace años en torno al origen del hombre americano, la arqueología, en todas sus ramas, tiene ante sí un reto que ha asumido con optimismo: reconocer y dictaminar si las estructuras megalíticas halladas son de hecho artefactos o meras formaciones naturales. En el primer caso, afirmar si los trazados que cubren las piedras son de hecho inscripciones; si lo fuesen, a qué clase de escritura pertenecen, y si son caminos y pirámides el resto de las estructuras que no han podido observarse con la nitidez requerida. Todo ello serían descubrimientos de incalculable valor en la determinación de la génesis del llamado amerindio y de los contactos interoceánicos efectuados en la más remota Antigüedad. En tal sentido, las palabras de Sir Charles Lyell 6 resultan alentadoras: “...es probable que una gran cantidad de monumentos producidos por la habilidad y la industria del hombre en el curso de las edades sea obtenida conjuntamente del lecho del océano; dicha cantidad será todavía mayor de la que exista en un momento dado en la superficie de los continentes”. Y los autores F. Hole y Robert F. Heizer añaden al respecto: “Si se quiere conocer un recuento ya bastante viejo de las tradiciones, algunas de ellas probablemente estén basadas en hechos ciertos acerca de establecimientos humanos en lugares que hoy están bajo la superficie de lagos o del propio océano, véase el informe que preparó Lord Bishop of Saint David (1859)”7. Interesante dato, teniendo en cuenta que dicho informe podría incluir continentes legendarios y no solo la Atlántida, sino también Mu (Lemuria), supuestamente desaparecidos bajo las aguas a causa de algún devastador cataclismo. Ahora bien, como estudiosa desde hace más de cuatro décadas de la cultura del Antiguo Egipto y de las culturas antiguas en general, entre ellas las denominadas “precolombinas” de Mesoamérica y Perú, he tomado nota de diferentes informaciones que, en mi criterio, sería de interés desarrollar en el trabajo investigativo de mesa necesario para arrojar más luz sobre este tema que ha captado la atención de la comunidad científica y del hombre común a escala internacional, quienes esperan en un futuro relativamente cercano una respuesta conclusiva. En los apuntes que siguen, no he desdeñado, por supuesto, las fuentes esotéricas consultadas por mí de larga data, aclarando que “esotérico” significa “lo oculto, lo velado en aras de preservar su pureza” y de ningún modo, “lo falso, lo resultante de la superchería” con lo cual, desafortunadamente, personas desconocedoras del verdadero significado de este término han establecido una incorrecta sinonimia. Por todo ello, afirmo categóricamente que, sin conocer y decodificar el simbolismo esotérico de las fuentes antiguas, el hombre de hoy, el hombre moderno, jamás podrá entender la esencia de aquellas viejas y por lo general, sabias manifestaciones culturales. La etimología del vocablo América En mi libro “La Gran Rueda (Una lectura decodificatoria de la Espiritualidad en los Misterios del Antiguo Egipto)”8 el signo jeroglífico MER es uno de los pilares sobre los cuales se fundamenta la teoría en él planteada acerca del recorrido iniciático en los Misterios egipcios. Analizado en toda su polisemia (amor, arado, pirámide, canal), indica que la huella de la voz Mer está presente en numerosos vocablos que en todos los casos apuntan a una elevada espiritualidad: Meru, Monte; Mercabah, el bíblico carro de Ezequiel; Ta-Mert, “la tierra bien amada”, uno de los nombres del viejo Egipto. ¿Por qué no también en América, palabra que no deriva del nombre del navegante y geógrafo italiano “Américo” Vespucio quien, en realidad, se llamaba Alberico?9 La creencia generalizada es que fue Vespucio quien dio nombre al continente y que esta denominación se utilizó por primera vez en el siglo XVI. Analicemos dicho error: En su magistral obra Isis sin Velo, Helena Petrovna Blavatsky, fundadora de la teosofía, presenta diversos argumentos que fundamentan su criterio de que el nombre América era muy anterior a la época de Vespucio: enlaza esta palabra, América, con la comarca montañosa nicaragüense denominada Americ, Amerrique o Amerique, “que se extiende entre Jucigalpa y Libertad en el departamento de Chontales”, señalando que en “el idioma indígena las terminaciones ic e ique significan grandeza, jefatura y dignidad”, como por ejemplo cacique. Asimismo, apunta que en el relato de su cuarto viaje, Colón cita “el poblado de Cariai (probablemente Cacai) [...] situado en la cordillera de Amerrique, a unos 920 metros sobre el nivel del mar”. Y añade: “Sin embargo, Colón omite en su relato la palabra Amerrique”. Aclara a continuación que la “denominación Provincia de América apareció por vez primera en un mapa publicado en Basilea el año 1522” y cita a Wilder como corroboración de lo antes expuesto: “Es muy probable que la cordillera nicaragüense de Amerique (gran montaña como el monte Meru) diese su nombre a todo el continente, pues en caso de habérselo dado Vespucio, seguramente lo derivaría del apellido y no del nombre. Si llega a comprobarse la etimología atribuida por Bourbourg a las palabras atlas y atlántico, con su raíz atlan, concordarán admirablemente ambas hipótesis. Como quiera que Platón no es el único autor que alude a un continente sito más allá de las columnas de Hércules, y teniendo en cuenta que el mar es poco profundo y abundante en algas en toda la región tropical del Atlántico, no es despropósito suponer que en aquellas latitudes existió un continente o un copioso archipiélago. También en el Pacífico se hallan indicios de que un tiempo existió un populoso imperio insular de raza malaya o javanesa, o tal vez un continente que se dilataba de Norte a Sur. Sabemos que el continente lemúrico es un sueño para los científicos, y que el desierto de Sahara y la comarca central de Asia fueron un tiempo mares”10 Sobre la polémica Atlántida Analizar en detalle uno de los temas más debatidos en todo el planeta escapa, claro está, de los marcos de este trabajo. A seguir, empero, se aludirá en pocos párrafos a la descripción platónica de este “continente” y al llamado “error décuplo” planteado por los defensores de la tesis egea en detrimento de la atlántica, incluida la mención al evento catastrófico más universalmente referido.11 Ahora bien, la Biblia nos cuenta de Noé lo que la epopeya de Gilgamesh cuenta de Utnapishtim. [...] En conjunto, son 80.000 las obras escritas en 72 idiomas sobre el Diluvio Universal, 70.000 de las cuales hacen mención de los restos del navío legendario. [...] Pero surge una pregunta: ¿aquella inundación babilónica es en realidad el diluvio de que nos habla la Biblia?12 Al analizar esta leyenda, se hace más evidente el supuesto error de nomenclatura cometido en la transcripción del Génesis, que habría atribuido “a Caín el papel de agricultor y a Abel el de ganadero (alegoría de la sustitución de la vida nómada por la vida sedentaria). Llegado este punto, el análisis de Eliseo Reclus invita a la reflexión. Si nos colocamos en el punto de vista que fue sin duda el de los Caldeos, redactores originarios de la leyenda, Caín es, pues, un personaje muy diferente del que nos representa nuestra imaginación, influida por la copia fiel del documento, y el primer asesinato atribuido al labrador no debe imputársele de manera alguna, porque no coincide con la verdad social. Históricamente, en los ataques de pueblo a pueblo, el ataque no viene del labrador pacífico, sino del nómada que va en busca de tierras nuevas. Por lo demás, la idea del asesinato había de nacer más fácilmente en el hombre que degüella y desuella animales que en el que se ingenia para construir el arado de madera. La historia del primer asesinato, referida bajo la forma judía, es en realidad la primera calumnia”.13 De este modo, hecha ya la corrección planteada por Reclus y trasladando ambos papeles a Balamek y a Sibon-ek, podría inferirse que este último sería el representante del pastoreo y, el primero, de la agricultura, carácter que habría prevalecido en la condición de grupo no agrícola como lo fue el ciboney. Es lamentable que, por apartarse del tópico tratado, no sea posible profundizar más sobre una cuestión tan controvertida como la lucha entre hermanos por lo general gemelos que también ejemplifica el caso de la suplantación de Esaú por Jacob (Gn.25, 19-34), “combate” que, llevado a su expresión última de acuerdo con los Misterios antiguos, llegó a encarnar la lucha entre los principios del bien y del mal (Osiris-Seth, Ormuz-Ahrimán, etc.)14 En la leyenda maya, sería posible decodificar con el rigor exigido cada uno de los personajes que en ella intervienen, así como el papel desempeñado por el descomunal desbordamiento de las “aguas” que terminan por separar a ambos hermanos, emblemas quizás de los principios femenino y masculino ya separados tras la escisión de la androginidad original (Véase Hermes-Afrodita). Ningún descubrimiento “aislado” Por último, conociendo las hipótesis sustentadas por eruditos de la talla de Alejandro de Humboldt y Manuel Rivero de la Calle, así como por la propia ingeniera marítima Paulina Zelitsky, responsable de las exploraciones de arqueología submarina que se llevan a cabo actualmente en las costas occidentales de Cuba, vista ya la legendaria raíz del grupo siboney y de la propia Isla de Cuba, y conociendo que el grupo taíno procedía también de tierras sudamericanas, adquieren aún más fuerza las afirmaciones halladas en los libros esotéricos antes citados referentes a la real pertenencia de la isla de Cuba al continente americano en un período que podría remontarse a miles o incluso millones de años. Claro está, las diversas sumersiones y emersiones que pueden haberse producido en dicho territorio durante ese lapso de tiempo, unido a cataclismos de índole volcánica de gran intensidad, caídas de meteoritos, etc., deben de haber contribuido a transformar la estructura original de tierras y aguas. La conexión territorial con la Florida no excluye la conexión territorial con la península de Yucatán. Es innegable que el atraso cultural del grupo siboney no está en correspondencia con el desarrollo cultural del pueblo maya, enigma que podría develarse una vez establecida la cronología pertinente. Sin embargo, los puntos de contacto entre diversas manifestaciones, como el carácter religioso y el desarrollo del juego de pelota de mayas y taínos, es otro motivo de reflexión. También podría serlo que en el primer período maya, al norte de la península yucateca y situada entre Chichén Itzá y Tuluum, hubiese una zona denominada Coba, vocablo que podría asociarse con Cuba. Quizás las estructuras megalíticas con posibles inscripciones vislumbradas hasta el momento constituyan arcaicas estelas mayas o de alguna otra cultura prehistórica capaz de erigir también caminos y construcciones piramidales. No debe olvidarse que “pirámide” es una de las acepciones de la voz Mer, y que a medida que han ido surgiendo nuevas evidencias sobre los vínculos entre América y Asia, la teoría del aislamiento americano ha dado paso a la certeza de un contacto prolongado entre estas y otras tierras. Pruebas irrefutables de ello son diversas prácticas comunes tales como la construcción de monumentos megalíticos, la heliolatría, la ofiolatría, los mitos de la Creación, el diluvio, cataclismos volcánicos, el origen divino de los reyes, la momificación, las estructuras piramidales, la escritura jeroglífica, el simbolismo de piedras preciosas (jade, etc).15 Por todo ello, apoyo a quienes han desechado la teoría del “origen independiente” de las culturas precolombinas y, sobre todo, la de Florentino Ameghino en cuanto al carácter autóctono de los primitivos pobladores americanos. Thor Heyerdahl, el gigante cultural unificador de pueblos, se encargó también de demostrarlo con sus expediciones “Kon-Tiki” y “Ra II”. En lo adelante, los investigadores que participan en la exploración del ADC-Cuba tienen ante sí la tarea de alcanzar las importantes metas planteadas por la arqueología moderna: a) datación y clasificación de los artefactos y estructuras mediante el análisis de laboratorio de sedimentos, fósiles y, en general, de cada estrato geológico, así como la conservación correspondiente, b) la reconstrucción de lugares y ambientes a partir de artefactos, industrias y conjuntos hasta delinear el marco de la cultura de que se trata, c) explicación de los resultados, todo ello con el auxilio ininterrumpido de la información más rigurosa y a la vez abarcadora que pueda recopilarse. Y si bien en el campo de la arqueología moderna métodos de datación como la palinología, la paleontología, la datación por radiocarbono, por magnetismo y el índice de sedimentación son, entre muchos otros, valiosos instrumentos científicos para el arqueólogo, geólogo, ingeniero marítimo, biólogo, lingüista y demás investigadores, no debe dejarse a un lado la consulta, estudio y decodificación de textos esotéricos antiguos que, como se ha visto, a lo largo de los siglos son capaces de suministrar asombrosas y certeras informaciones científicas. Notas: 1) El presente trabajo fue presentado por esta eminente investigadora en un forum de Internet. Lo traemos a la tinta de imprenta por su importancia y actualidad, con la aprobación de la autora. El título es un atrevimiento del editor. (N.E.) 2) El equipo cubano está encabezado por los especialistas Dres. Gabino de la Rosa, Manuel Iturralde y José Díaz Duque, estos dos últimos del CITMA (Centro de Investigaciones sobre Tecnología y Medio Ambiente). 3) Eliseo Reclus, “El Hombre y la tierra”, tomo primero, pp. 492-493. En: La Gran Rueda, Cap. II, nota 125 4) Julia Calzadilla: “La Gran Rueda (Una lectura decodificatoria de la Espiritualidad en los Misterios del Antiguo Egipto)”. Inédito. Cap. II. 5) Donald A. Mackenzie, América Precolombina (Mitología), Edimat Libros, Madrid, s/f., p. 116. 6) Helena Petrovna Blavatsky, Isis sin Velo, tomo II, Ed. Novedades de Libros, México D.F., 1953, p. 395, nota 51. Recuérdese que este libro fue publicado en el siglo XIX. 7) Ibid. 8) No debe pasarse por alto el simbolismo del número siete. Asimismo, H.P. Blavatsky expresa en la citada nota 51 de su Op. Cit, que tal vez algún día el nombre de América ”se vea relacionado con el sagrado monte Meru, que, según la tradición india, se alza en el centro de los siete continentes”. 9) Erich von Däniken, Regreso a las Estrellas, Plaza & Janes, S.A. Editores, Barcelona, 1975, pp.141-147. 10) Op. Cit., p. 147. 11) Dr. Manuel Rivero de la Calle, Las culturas aborígenes de Cuba, Editora Universitaria, La Habana, 1966, p. 14. 12) Ibid, p. 19. 13) Eliseo Reclus. Op. Cit., tomo primero, pp. 492-493. 14) Julia Calzadilla. Op. cit., cap. II. 15) Donald A. Mackenzie. Op. Cit., p. 116. LA AUTORA es Lic. en Historia del Arte, escritora, traductora y egiptóloga cubana