jueves, 3 de junio de 2010

Agricultura en Sagua de Tánamo, Holguín


Por Rubicel González
rubicel@ahora.cu
La batalla por la sostenibilidad alimentaria envuelve hoy a toda la provincia; una estrategia que alcanza su cúspide con las producciones agropecuarias y la utilización de todos los recursos y espacios disponibles. Hacia ese objetivo se enfocan formas productivas holguineras con el incremento y diversificación de sembrados, la utilización óptima de las áreas bajo riego y la suma popular del “pedacito” en patios y parcelas.
El municipio de Sagua de Tánamo se caracteriza por un terreno montañoso, idóneo para café y cacao, no obstante, la agricultura extensiva existe. Se potencia el cultivo de viandas, algunas muy demandadas, como malanga y ñame, el incremento de fincas frutales y la cría de ganado ovino-caprino; así como la producción de leche. Inclusive se estudia el empleo de la leche de chiva en zonas del Plan Turquino.
Hacia el noreste del pueblo, uno de los pocos sitios donde la geografía es casi llana, se asienta uno de los cinco polos productivos de Holguín. Desde hace años, en esa zona, la granja estatal José Maceo destina completamente su producción para el vecino Moa. Sus 344 hectáreas se utilizan principalmente para los cultivos varios y alcanzan mayor proporción las plantaciones de plátano de diferentes variedades.
Posee una gran reserva en sus 155 hectáreas para riego, pues cuentan con la garantía del río a poca distancia. Con la idea de incrementar la irrigación, se construyó un reservorio de agua con capacidad para 12 mil metros cúbicos.
Este último cubriría casi una caballería de guayaba, zapote, entre otras; y tres de plátano, ahora en secano. El reservorio tendrá un sistema de bombeo con fecha de inicio para el 26 de Julio. Con dos motores de 120 litros por segundo, uno alimentará la Fregat y el otro el Microjet.
En otra de las fincas, aun gira 360 grados, en un radio de casi 300 metros, cada siete días, la antigua Fregat del desaparecido campo socialista y que le aporta el vigor que el “fongo” pierde durante la sequía. Del agua, en buena parte, y del completamiento de la fuerza de trabajo, con 100 obreros que faltan, depende el cumplimiento para este año de los 48 mil quintales planificados para enviar a la tierra del níquel.
“A veces la suerte también influye, porque si el río crece demasiado muchos cultivos se pierden, como ocurrió hace un tiempo con el frijol. No obstante, siempre hay que arriesgarse y el año pasado cosechamos 125 quintales”, señala Nelson Romero, administrador de la granja.
Poco más al sur, en el barrio de Sabala, vive uno de los 599 usufructuarios del municipio; éste, dedicado a la siembra de cultivos varios de la CCS Rafael García. Juan Carlos Caballero trabaja en algo más de seis hectáreas, donde ya ostenta resultados importantes en la siembra de granos: ya cosechó 53 quintales de frijol cuarenteno. Este año aspira alcanzar mil 500 quintales de producción total.
“Lo mío es trabajar, echar p’alante. Ahora mismo, pienso aumentar las variedades de granos, insertar la soya y probar con pequeñas cantidades de arroz en secano”, dice Caballero, que se lamenta de no poseer equipo para riego y que este año las lluvias estén ausentes, como hace tiempo no veía. Los usufructuarios dedicados a los cultivos varios entregaron, en el primer cuatrimestre del 2010, cerca de 10 mil quintales de viandas, hortalizas, granos y frutas.
Sobre esta producción tan demandada por el pueblo, mucho se ha dicho sobre que Sagua puede convertirse en la tierra de las frutas. Aunque una buena parte proviene del sector campesino, otra no menos importante se fomenta en el sector estatal. Con esa intención, la Empresa Cafetalera, que abarca todo el quehacer agropecuario, desarrolla la finca de frutas en la zona de Manaca.
Allí dos caballerías están cubiertas de guayaba, mango, naranja, mandarina, piña y otras menos frecuentes como cereza y marañón. “Principalmente ya parieron los cítricos -más de 400 quintales-, a pesar de carecer de aperos de labranza en pos de darles mejor cuidado a las plantaciones”, sostiene Andrés Ramírez, jefe de finca.
Para aprovechar el espacio hasta que estén en producción todas las variedades, crían ganado ovino con fines reproductivos. Poseen 165 hembras que pueden tener dos partos al año, por lo cual la tasa de natalidad en las ovejas es buena: Pese a que el agua escasea ahora, las alternativas se toman con rapidez.
Así, sigue inmerso en la producción de alimentos el municipio ganador de la emulación provincial por el 26 de Julio, y por eso se multiplican los esfuerzos para sembrar y cosechar lo que nuestro pueblo necesita.

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