Por Rubicel González
rubicel@ahora.cu
Lo primero que llama la atención es la geografía ondulada y bañada por el viento como duna del Sahara; pero sin perder el verde esmeralda, testigo bendito de las últimas lluvias. Los carneros pastando en las laderas te recordarán paisajes nórdicos y, con esfuerzo, quizás hasta escuche una melódica de gaita. Así es el “Cedrito”.
Ubicado en Sagua de Tánamo, en la circunscripción 48 del Consejo Popular “Marieta”, a esta comunidad se llega luego de unos 20 minutos de camino, mitad carretera, mitad fangosos y desnivelados senderos. La mayoría de sus 523 habitantes son campesinos, principalmente en el Plan viandero “Juan Páez Camejo” y el organopónico del IPUEC “Ismael Ricondo Fernández”.
Precedida por su fama de “problemática”, bien por incomprensión o por desconocimiento, muchos no se habrían atrevido años atrás a verle la cara, aún cuando perdura el mito de “hombre que tome agua se casa con mujer de aquí”.
El panorama tampoco invitaba. El barrio carecía de distracción y aprendizaje; las bebidas alcohólicas eran su principal credo, y los conflictos familiares, y el tabú ante lo conocido estaban al orden del día.
Se imponía transformar la realidad material y espiritual del entorno; lograr la verdadera participación de los agentes socializadores y las personas implicadas en el proceso de cambio en aras de elevar su calidad de vida.
Se hizo a sí misma…
Todo llegó como un sueño, era una larga añoranza no solo para los pobladores, también de nuestro proyecto social. Gracias a los Programas de la Revolución el atardecer y el alba en el “Cedrito” cobraron otro significado, nos comentó Eugenio Cabrejas, actual delegado, mientras repasaba algunos de los méritos y beneficios obtenidos por sus vecinos.
La apertura en el 2002 de las salas de televisión abrió las puertas a las transmisiones de productos audiovisuales variados e informativos; posibilitó convertirlas en el centro de las comunidades rurales, un espacio para el disfrute sano de ofertas recreativas, deportivas y culturales.
En octubre del año pasado comenzó de manera coordinada e integral el trabajo comunitario entre los miembros del grupo gestor e instituciones administrativas y del estado, que han sistematizado la labor sociocultural con varias actividades y acciones dirigidas al arraigo de valores, el rescate de tradiciones y mejoras en sus condiciones habitacionales.
Cada 15 días se reúne el grupo, manifiesta Cabrejas. Integrado por jóvenes en su mayoría, lo componen representantes de organizaciones políticas y de masas, así como líderes naturales. Su importancia se refleja en el impulso que ha tenido los programas educativos y de orientación desarrollados por el médico de la familia, los promotores y la fisioterapeuta.
Con una alta sensibilidad humana, la circunscripción sobresale por ser declarada Cincuentenaria motivo de sus donaciones de sangre, y en su Consejo permanezca a la vanguardia en cuanto a trabajos voluntarios, recogida de materias primas u otra actividad cederista.
Algo que la caracteriza es su población joven, cerca del 40 por ciento, y el protagonismo de esta dentro del barrio. Los pioneros, por ejemplo, dramatizaron La Protesta de Baraguá, desarrollan el “A jugar” los fines de semana donde se compite en sig sag, rondas tradicionales, béisbol y otros. Fruto de la masividad en el deporte, y el papel de este desde la base es la participación de una niña en la competencia nacional de Takewondo.
Mariluz Cabrejo, instructora de recreación y deportes, señala que los juegos más populares son los de mesa y el dominó entre ellos, aunque los festivales también gozan de mucha aceptación. Estos van más allá de la sala de televisión o el círculo social, pues abarcan a la tercera edad y discapacitados, inclusive en su morada.
Por su parte las actividades culturales incluyen desde la proyección de películas, carnavales rústicos, coros vocales, concursos de artes plásticas, hasta narración de cuentos y el disfrute de grupos musicales como “La Danzonera”, un sexteto de adultos mayores y la banda municipal de conciertos. Estas han sido el motor fundamental para enriquecer el acerbo cultural y promover la dinámica de grupo en función de la recreación.
Otro aspecto fundamental, es la inserción del médico de familia en las acciones conjuntas con el objetivo de educar e informar con barrios debates o materiales audiovisuales a cerca de las enfermedades de transmisión sexual y el uso del condón, el alcoholismo y la higiene.
Humanismo que se derrocha junto a la fisioterapeuta, quien ha atendido 22 pacientes, resultado de entrega son siete sanos y seis en face de recuperación. Pero su mayor satisfacción en una comunidad que predomina la artrosis generalizada, es ver que la mellizas Yanaisy y Yanaidys, con quien trabaja desde hace un año, ya muestran mejoría de su retraso fisomotor, pues una gatea y la otra da pacitos.
A pesar que la circunscripción todavía no posee corriente eléctrica; los paneles fotovoltaicos en los techos de la escuela, el consultorio, el círculo social y las dos salas de televisión se suman al ambiente como una verdad surrealista.
La comunidad luce resplandeciente los diez nuevos techos de zinc y los seis pisos de cemento que llegarán a 20 para este año, las amas de casa se incorporan al estudio para alcanzar el noveno grado, los jóvenes asisten a los cursos de superación integral y en saludo al Aniversario de la juventud el comité de base junto a los vecinos desarrollan una jornada política, recreativa y productiva.
No hay dudas. El Cedrito cambia aunque lo primero que siga llamando la atención sea su geografía, sus paisajes continúen pareciendo nórdicos y quizás se escuche hasta alguna que otra gaita.
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