lunes, 3 de septiembre de 2007

El código Miranda

Por Rubicel González
rubicel@ahora.cu
A Miranda la Física le corre por las venas. Es una de esas personas que se precia de buscar siempre la verdad de las cosas y comprobarla mediante cálculos y experimentos.

Sin embargo, a pesar de tener ese rostro de quien siempre esconde una fórmula bajo la manga, este investigador no se oculta en un oscuro laboratorio, mucho menos está loco, o sueña con resuci
tar a los muertos, como el cliché impuesto por el legendario Doctor Frankestain. Pero quien lo conoce irremediablemente se percatará de cierto halo enigmático a su alrededor, como uno de esos museos puestos en el mundo para irradiar conocimiento.

Querido por vecinos y admirado por colegas la vejez le sorprendió a José Ramón Miranda González con una tiza en las manos frente a un aula del Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa. De humor refinado, su verbo abundante descubre simpatía y profundo conocimiento del hombre y los fenómenos naturales.

Aunque en 1954 no consiguió, por falta de recursos, estudiar ingeniería química industrial en la Universidad de Oriente, porque “mis padres eran campesinos y en aquel tiempo no alcanzaba para mantenerme
”, nada pudo impedir que años más tarde fuera el primer Ingeniero en Minas del país.

“En 1959 aprobé un test para cursar ingeniería de minas en Santiago de Cuba y entonces sí concluí, aunque tuve que pasar dos años más de lo estipulado, porque ser profesor y estudiante a la vez no es tarea fácil. Cuando se crea la escuela tecnológica de minas “Vladimir Ilich Lenin” en El Cristo en Santiago de Cuba, yo fui fundador, profesor y director de ella.

“Recuerdo muy bien la primera reforma de la educación universitaria, yo era parte de la dirección de la FEU en la junta superior de docencia. La lucha ideológica era fuerte. Muchos provenían de la burguesía y se hizo necesario depurar algunos estudiantes.

“El tiempo marchaba entre el estudio y las labores de la UJC, las milicias, la limpieza y embellecimiento de las calles. Tuve la satisfacción de ser fundador de la Universidad de Oriente en mi especialidad y participar en el primer congreso nacional de educación y cultura”.

Treinta años, si es mucho…

“Acumulé muchas experiencias en todos esos años, pero quizás la principal sea la universalización de la enseñanza superior. Aprendí a no creer en el fatalismo pedagógico, sino todo lo contrario, experimentar en varios campos y garantizar la superación en mi especialidad.

“Lograr que jóvenes extrovertidos y con cierto grado de autismo se desarrollaran me ofrece gran complacencia. Siento orgullo por los estudiantes aplicados, voraces e independientes, y aquellos que mejoraron su desempeño mediante la atención diferenciada. Sin dudas, el incremento d
e la matrícula y el nivel científico en nuestras universidades es algo que quisiera seguir viviendo aún estando jubilado”.

De los tres viajes a la antigua URSS por estudio, el primero fue el que más le impactó:
“En 1966, sobrevolé el círculo polar ártico hasta aterrizar en Nurmanks. Caminar sobre la nieve, tocarla como si apretases el almidón de yuca.

“Quedé impresionado con aquella cultura y la geografía del Cáucaso. Edificaciones como el Instituto de Leningrado a orillas del río Neva, con su decorado interior lleno de cristales enormes de cuarzo; el Ermitage, el museo del Ártico y el Antártico, son cosas dignas de admirar. Pero no hay como el sol de Cuba.

Según me han dicho, usted no comparte algunas teorías sobre la gravitación universal.

"No precisamente. Estudiando grandes teóricos como Newton, Lomonosov, Hegel, Lesage y Finlay pienso que la energía del campo gravitacional de la tierra proviene del exterior. El sol y demás objetos estelares, como fuente de “energía primaria”, descargan sobre nosotros su luz y fuerza de gravedad a la vez que influyen sobre ellos mismos.

"Trato de explicar que los fenómenos gravitacionales son esencialmente fenómenos de repulsión y no de atracción. Lo contrario de una repulsión, es una repulsión contraria y no una atracción. Algo similar ocurre con las mareas, las cuales se originan por medio de impulsión y no por atracción. Todo esto es muy complejo y no se pueden imponer nuestros criterios a la naturaleza. Respeto cada posición científica pero a veces hay quien se acostumbra a terminologías contrarias como si fuera ese el asunto y no, el estudio físico".

¿Filósofo o científico?

"Parto de que la filosofía es una ciencia, entre todas las ciencias hay un enriquecimiento y depuración mutua. Cada una posee un cuerpo de conocimientos, medios, métodos y objetos de trabajo e investigación que están entrelazadas. Aunque la filosofía se comporta como una guía que rige nuestra existencia, me defino como un poco de cada una de esas ciencias, la vida te lo impone. El hombre y profesional debe tener un variado repertorio de conocimientos y saber aplicarlo. Las cosas se inician en 'el todo' y se descubre en 'las parte'."

¿Qué significó el nombraramiento de Ciudadano Distinguido de Moa?

Fue algo importante e inesperado, no trabajo para obtener reconocimientos pero como martiano creo en no escatimar los merecidos. Que me tuvieran en cuenta significa lo culta, atenta y consciente de esta sociedad a lo que acontece con sus hijos; fue y es otro incentivo para mí.

¿Retos para el futuro?

“Lo primero será publicar el libro, o más bien especie de un tratado científico, sobre mis investigaciones de la gravitación universal y estudios para obtener energía y otros recursos de fuentes renovables”.

Y no dudo que lo haga. Como también pienso que algún día cumplirá su propósito de dar un viaje por toda Cuba. Pero mientras tanto, Miranda no dejará de preocuparse: “Al Calentamiento Global hay que sumarle la disminución de la velocidad de rotación del planeta. Es como una bailarina rotando en la punta de los pies con los brazos recogidos y que de pronto comienza a extender los brazos, mientras su velocidad de rotación la hace detenerse”.

Pero así es él, siempre preocupándose por todos y poniendo en función de los demás su mejor tesoro. Lo que es de por sí su código: el conocimiento.

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