jueves, 19 de junio de 2008

En Pinares: un transportador

Por Rubicel González
rubicel@ahora.cu

Un inmen
so gusano metálico se alarga al compás de valles y montañas, imponente, majestuoso. Nada lo detiene en su misión. Atraviesa la roja tierra o la corta a su andar. De ella se alimenta vorazmente. Su kilométrico esqueleto resplandece mientras un atronador zumbido proveniente de las entrañas, sentencia que, aunque inmóvil, la criatura posee vida.

Heredero de un transporte centenario, surgido en 1906, que remolcaba el mineral por medio de un sistema de vagones, guinches y calderas a vapor; el transportador inclinado de Pinares asombra por elegancia y eficiencia. Ascendente ya, a un costo superior a los 36 millones de dólares, el gigantesco gusano se extiende por 11.6 kilómetros, bordeando alturas desde 620 metros sobre el nivel del mar hasta 20, cerca de la ciudad de Mayarí.

Su puesta en marcha el 8 de marzo del 2006, posibilitó trasladar 800 toneladas de materia prima por hora. Dividido en dos grandes tramos donde se insertan transportadores principales. El primero mide 4.8 kilómetros en un trayecto recto, y el otro curvo, casi lo iguala con 4.7 de longitud. Único en Latinoamérica, el radio de la curvatura alcanza los 3 mil metros mientras la velocidad de traslación es de 2.8 metros por segundo, todo operado mediante tecnología computarizada.

El nuevo sistema de Banda que maniobra actualmente en Pinares, sustituyó al antiguo transportador, quien por su estado de conservación, valores históricos, ambientales y tecnológicos, la resolución 213 de noviembre del 2007, le otorgó la condición de Monumento Nacional. En la lucha guerrillera en la Sierra, el viejo sistema ayudó a subir combustible al Segundo Frente Oriental Frank País que combatía por esta zona.

Desde las canteras a cielo abierto, los camiones de 40 y 60 toneladas llevan el mineral hasta la boca del gusano, una gran explanada por donde el material rocoso se precipita y tamiza según el tamaño. Luego, este es transportado por los potentes motores eléctricos que ponen en funcionamiento los rodillos y las Bandas, viajando hacia el depósito que acarrearan los vagones hasta la planta procesadora.

Ramón Quintas Peña, jefe del Complejo Transportador Pinares de Mayarí, afirma que los escombros desechados por los tamices son utilizados en la rehabilitación minera. De esta forma se preserva para el futuro el sostenimiento de los ecosistemas originarios de allí, aunque una obra tan gigantesca y exuberante, sea metáfora de un gusano que asienta sobre suelo rojo, su extraordinario armazón metálico como conquistador supremo de las minas de Pinares.

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