jueves, 26 de junio de 2008

Inversiones a Empresa Cárnica de Holguín

Por Rubicel González
rubicel@ahora.cu

La in
stalación continúa siendo la misma aunque el paso del tiempo se note en el moho de vigas, pero desde adentro su estructura se reanima. Incluso la pintura desconchada de columnas y cerchas atesora entre décadas de existencia, el sudor y experiencia de fundadores, la vaga imagen de miles de sacrificios, el deseo empezado de infundirle como aliento tecnológico, un nuevo empuje a la producción.

De esta forma la Empresa Cárnica de Holguín, inicia los primeros trabajos de una inversión millonaria que sustituirá la mayor parte de su equipamiento en explotación desde hace 30 años. Asimismo, le permitirá la apertura de nuevos locales y la redimensión de otros.

Compuesta por nueve Unidades Empresariales de Base, además de la oficina central, la empresa pretende este año la ejecución de al menos el 50 por ciento de las transformaciones planificadas y financiadas por el Ministerio de la Alimentación.

En total, el monto de la inversión, asciende los 1.6 millones de pesos convertibles y 1.3 en moneda nacional. Según Juan Gómez Santiesteban, su inversionista, este financiamiento está dirigido principalmente a la parte constructivo y de montaje, la compra de equipos y otros elementos necesarios.

La obra constructiva principal la encabeza una nave que ya se encuentra en fase de movimiento de tierra y excavación. La misma será empotrada al viejo edificio y constará de una sala de seccionado para el cerdo, un túnel de congelación y los baños y taquillas de los trabajadores.

“Con este local el sacrificio de cerdo se elevará de 300 a mil cabezas diarias en dos turnos de trabajo. Con estos niveles se podrían obtener 4.2 toneladas de lomo y pierna, el doble del presente. También se incrementará las capacidades de refrigeración por lo que el sacrificio de res se duplicaría en las 60 que actualmente tienen lugar por jornada”, explica Gómez Santiesteban.

En materia de equipos, los más importantes se contratan en Canadá y están compuestos, entre otros, por un molino de carne, una mezcladora y una embutidora. Además de esteras transportadoras, mesas laterales de trabajo, básculas y dos neveras, estas últimas, capaces de almacenar 20 toneladas de productos terminados cada una.

Este equipamiento permitirá utilizar los cerdos que se crían en el territorio con mayor rapidez y menos costos, situación poco favorable en estos momentos debido a que una parte de estos se importan de otras provincias, quienes a su vez sustituyeron los traídos del exterior hasta principios del 2007.

No obstante, un importante renglón como la carne en conserva o embutido, conocido así popularmente, despegaría su producción hasta 40 toneladas diarias, casi tres veces las obtenidas con el viejo sistema productivo. No es solo cuestión de cantidad, pues no cabe dudas que la calidad, terminación y condiciones humanas para los trabajadores también se incrementarían.

La inversión abarca del mismo modo las fachadas y algunos elementos estructurales como el techo y piso. En este sentido, un total de mil 200 metros cuadrados de fibrocemento serán sustituidos por laminas de zinc, se climatizarán alrededor de diez locales y 3 mil 500 metros cuadrados de baldosas especiales en durabilidad y consistencia, se colocarán.

“No ha sido fácil llevar a cabo las reparaciones y modificaciones sin parar el proceso de producción. Ninguna empresa constructora quiso asumir esta labor por lo que debimos enfrentarlo con medios propios, con nuestra UEB de mantenimiento. Por concepto de mano de obra y transporte, ahorramos un 20 por ciento del costo de los trabajos realizados, que suma 58 mil pesos” comenta Gómez Santiesteban.

Ya desde adentro, escondido a los ojos, como si fuera el capullo de una mariposa, varios trabajos muestran resultados y ahorro en la conocida “Chacinera”, Unidad Empresarial Felipe Fuentes. Se dividió el área de sacrificio y empaque, y para este último se construye un local para el fregado de utensilios. El antiguo taller de sacrificio se convierte paulatinamente en una moderna línea de producción de manteca con su nevera, infundiendo vida nueva a la legendaria instalación.

lunes, 23 de junio de 2008

jueves, 19 de junio de 2008

En Pinares: un transportador

Por Rubicel González
rubicel@ahora.cu

Un inmen
so gusano metálico se alarga al compás de valles y montañas, imponente, majestuoso. Nada lo detiene en su misión. Atraviesa la roja tierra o la corta a su andar. De ella se alimenta vorazmente. Su kilométrico esqueleto resplandece mientras un atronador zumbido proveniente de las entrañas, sentencia que, aunque inmóvil, la criatura posee vida.

Heredero de un transporte centenario, surgido en 1906, que remolcaba el mineral por medio de un sistema de vagones, guinches y calderas a vapor; el transportador inclinado de Pinares asombra por elegancia y eficiencia. Ascendente ya, a un costo superior a los 36 millones de dólares, el gigantesco gusano se extiende por 11.6 kilómetros, bordeando alturas desde 620 metros sobre el nivel del mar hasta 20, cerca de la ciudad de Mayarí.

Su puesta en marcha el 8 de marzo del 2006, posibilitó trasladar 800 toneladas de materia prima por hora. Dividido en dos grandes tramos donde se insertan transportadores principales. El primero mide 4.8 kilómetros en un trayecto recto, y el otro curvo, casi lo iguala con 4.7 de longitud. Único en Latinoamérica, el radio de la curvatura alcanza los 3 mil metros mientras la velocidad de traslación es de 2.8 metros por segundo, todo operado mediante tecnología computarizada.

El nuevo sistema de Banda que maniobra actualmente en Pinares, sustituyó al antiguo transportador, quien por su estado de conservación, valores históricos, ambientales y tecnológicos, la resolución 213 de noviembre del 2007, le otorgó la condición de Monumento Nacional. En la lucha guerrillera en la Sierra, el viejo sistema ayudó a subir combustible al Segundo Frente Oriental Frank País que combatía por esta zona.

Desde las canteras a cielo abierto, los camiones de 40 y 60 toneladas llevan el mineral hasta la boca del gusano, una gran explanada por donde el material rocoso se precipita y tamiza según el tamaño. Luego, este es transportado por los potentes motores eléctricos que ponen en funcionamiento los rodillos y las Bandas, viajando hacia el depósito que acarrearan los vagones hasta la planta procesadora.

Ramón Quintas Peña, jefe del Complejo Transportador Pinares de Mayarí, afirma que los escombros desechados por los tamices son utilizados en la rehabilitación minera. De esta forma se preserva para el futuro el sostenimiento de los ecosistemas originarios de allí, aunque una obra tan gigantesca y exuberante, sea metáfora de un gusano que asienta sobre suelo rojo, su extraordinario armazón metálico como conquistador supremo de las minas de Pinares.

lunes, 16 de junio de 2008

Una pradera en la Meseta

Por Rubicel González
rub
icel@ahora.cu
Para el buen curioso o amante de la natura
leza, recorrer 30 kilómetros desde Mayarí hasta la Meseta de Pinares, es una experiencia única muy a pesar de lo sinuoso del trayecto. Una vez arriba, el paisaje se descubre imponente y un soplo de aire fresco aminora la temperatura sofocante del verano. Caminos y senderos permanecen teñidos de ocre, como si fueran líneas trazadas en un dibujo dominado por el verde oscuro, y a retazos, el color esmeralda. Es un territorio rico en mineral y biodiversidad; hogar de criaturas autóctonas y exóticas.

Aquí se encuentra el Parque Nacional La Mensura, con una extensión de 5 mil 315 hectáreas. Los proyectos que allí se implementan anualmente ayudan a conservar los ecosistemas, agredidos sobre todo, por eventos climatológicos e incendios forestales. En su territorio se levanta majestuosa la máxima elevación de la Meseta con 995 metros sobre el nivel del mar, y quien le da nombre al Parque.

Sus faldas atesoran 293 especies endémicas de la flora de Cuba y 67 de ellas, exclusivas del área. La más representativa, es la Pispalantus Nipensus, planta amenazada de extinción cuyo género solo habita en la ladera sur-sureste, único lugar en Cuba.

Pero estos atractivos no permanecen ajenos a otros encantos. Cultura e historia, tienen un toque especial en estos parajes. Los secretos del pilón y el café hecho en colador, junto a las cabañas de madera, son opciones para compartir y llevarse aprisionadas en fotografías.

La loma de Maceo o Mangos de Maceo como igualmente se conoce, lugar donde acampó el Titán de Bronce en la lucha independentista; dice mucho de aquellas gestas heroicas. La Cueva de la Imprenta, es otro atractivo natural e histórico. Este sitio vio imprimirse por vez primera al periódico “Cubano Libre”, defensor de la causa mambisa.

Muy cerca del parque y su montaña insigne, un terreno atesora algo inusual por estas latitudes. Bautizada con el adjetivo que identifica los animales, hace 30 años sus primeros habitantes extranjeros fundaron la finca Los Exóticos. Perteneciente a la Empresa Nacional de Flora y Fauna, allí se desarrollan y conservan cuatro especies de mamíferos, tres de ellos endémicos de esa misma cantidad de continentes.

En un área de 428 hectáreas donde se mezcla el bosque y las praderas de pasto ralo, viven más de 500 Gamos, 26 Antílopes Negros, dos Antílopes Nilga y 16 Wapitís. Este último, visto en Cuba solamente aquí.

Norge Torres Díaz, administrador de la Finca, explica que de aquellos primeros exóticos, solo perdura la cornamenta de la Cabra Barbaris y la Montés, puesto que no se adaptaron al clima, a pesar de una temperatura no tan agresiva con 23 grados centígrados como promedio.

Nos cuenta que el animal más viejo es un semental wapití de 12 años, celoso empedernido de sus competidores jóvenes. “Esta misma familia es susceptible al picazo de insectos, quienes en ocasiones provocan el gusano barrenador, de ahí la importancia del control biológico y el extremo cuidado con las crías”, comenta y prosigue. “Los Gamos son escurridizos para mostrar sus hijos, la madre pasta en un lado para despistar y esconde al joven en otra dirección; pero a mi no se me escapan porque conozco su picardía. Ninguna de estas especies se sacrifica o cazan, algunos de ellos se han donado al Zoológico Nacional y otras áreas en desarrollo como Cayo Saetía”.

Norge es del convencimiento, que la calidad y tiempo de vida de las especies está relacionada con la adecuada alimentación. De ahí que, como otros componentes de su dieta, se le suministra pienso, vitaminas, sal y conchas de ostión molidas para suplir la carencia de calcio; pues este mineral embellece y fortalece la cornamenta.

Otras especies también habitan la Finca, que no por ser más cotidianas dejan de causar encanto. La Yuraguana, por ejemplo, amenazada de extinción es abundante, así como el Ave Nacional: el Tocororo, y la Bijirita del Pinar, endémica de la Meseta. Los Frailecillos Silbadores, el Zunzún o Colibrí, el Pino Cubensis, el Cupey y un jardín natural de la Euforbia; flor que identifica a Holguín, son bellezas naturales admiradas por todos.

Desde el 2003 Los Exóticos posee toda una infraestructura que le permite el alojamiento para la celebración de eventos, el plan vacacional durante el verano, e incluso, el turismo internacional. En los primeros cuatro meses del año recibió más de 400 viajeros interesados en el ecoturismo. La lista de atractivos arranca con las cabalgatas y observación de animales, la piscina natural a menos de un kilómetro y el mirador, altura que domina a lo lejos hasta la Bahía de Nipe y Birán.

El papel educativo y de protección ambiental encuentra importante atención en el vínculo de las comunidades con la Finca utilizando proyectos que ayuden a crear conciencia ecológica y desarrollo sostenible. En estas actividades participan estudiantes de las cinco escuelas presentes en la Meseta.

Norge también se refirió, a la diversificación de crías que la unidad de Pinares, que administra el Parque, posee en funcionamiento. Se trabaja con un grupo de ganadería genética para producir carne con cinco clases: el Albendrín Rojo y el Negro, Charol, Crimosín y los dos únicos ejemplares Herford existentes en el país.

Asimismo, el componente forestal es objeto de aprovechamiento producto al tratamiento del bosque. Ello les permite utilizar estos recursos como insumos para el mantenimiento y conservación de los locales construidos con madera. Sus 16 obreros destilan humildad y responsabilidad por el trabajo, valores que sin los cuales no existirían los resultados que hoy ostenta la Finca, como la ampliación de 132 hectáreas para los exóticos.

La noche llega sin anunciarse y la Meseta queda sumergida como un gigante aletargado. La oscuridad nos sorprende cerca de un arrollo, o al lado de altos pinos quienes simulan con el viento el batir de las olas. Cuando el horizonte no se percibe, la pradera cobra vida agazapada entre sombras como si dos enormes brazos de bosque le dieran protección.