domingo, 3 de febrero de 2013

La mitad del mundo es un país multidiverso

por Rubisel González Corría 1830 y una nación de reciente nacimiento esperaba ser nombrada con su apelativo histórico o con el sello indiscutible para la historia y la geografía. Fruto del consenso entre representantes de las tres regiones unidas después de la Gran Colombia, esta vez también fueron extranjeros quienes aportaron, con las mediciones del planeta, su nombre actual y definitivo: Ecuador. Sin embargo, el territorio de 283 mil 561 metros cuadrados, bien pudo llamarse la tierra del fuego por sus 55 volcanes, encabezados por el Chimborazo con más de 6 mil metros de altitud. Otro de sus atributos es la riqueza en biodiversidad ecológica. La reserva del Yasuní por ejemplo, posee tanto petróleo en sus entrañas como igual cantidad de vida en la superficie. Una sola hectárea contiene más especies de árboles y arbustos que las existentes en Norteamérica. A unos mil kilómetros de la costa continental, donde Darwin sustentara su teoría de la evolución, las islas Galapagos continúan atrayendo turistas y expertos. Toda la zona marítima exclusiva del país es altamente productiva en pescados y mariscos, sobre todo el atún, quien puso seudónimo a la ciudad de Manta, a las puertas del océano Pacífico. Las estaciones del año de Ecuador son igualmente las de Cuba, pero totalmente cambiadas. El invierno es caluroso y con lluvias fuertes como las de mayo u octubre en la isla. En diciembre inicia la cosecha de mango y aguacate. Muchos y caudalosos ríos ayudan a la agricultura, beneficiada doblemente por tres sistemas medioambientales: la amazonía, la sierra y la costa. Cada uno de ellos construye su propio microclima lo que arroja variedades de frutas tropicales y templadas, la presencia perenne de papa, tomate, cacao, maíz y arroz. Existen numerosos platos tradicionales a base de chancho (cerdo), pollo o pescado como el Ceviche o la Fritada; todo eso unido a vegetales, granos, viandas y especias. El ecuatoriano promedio desayuna, copiosamente, entrada la mañana, almuerza con moderación y en la tarde-noche no come o si lo hace, de manera ligera con ensalada, frutas o confitería. En Quito, la capital fundada por españoles en 1534 y asentada en una meseta casi a 3 mil metros de altura, se une lo moderno y lo tradicional en una mezcla de identidades culinarias con el vestuario de las longas (indias) y su lengua ancestral: el Quichua. La metrópoli ostenta el casco histórico mejor conservado de América Latina y la revista Traveler de National Geographic, la ubica entre los 20 mejores sitios por conocer en el 2013. El clima es frio o templado en dependencia de la época; pero quienes visitan esta urbe conocen el “soroche”, el mal de altura que provoca fuerte dolor de cabeza, mareos, dificultad para respirar y falta de apetito. Guayaquil, es la ciudad comercial y la de mayor población con unos 3 millones de habitantes de los aproximadamente, 15 millones y medio, que vive en el país. Asentada a orillas del Guayas con una cuenca de 40 mil kilómetros cuadrados, el principal río en América del Sur que desemboca al Pacífico, su arquitectura está rodeada de historia y los habitantes guardan más similitud con las culturas caribeñas. Quizás por el clima tropical o lo cosmopolita, aquí gusta bastante la salsa y la cumbia, el reguetón y las playas. Fue en esta urbe donde en julio de 1822 tuvo lugar la única vez en que dos grandes de la historia americana se encontraron: Simón Bolívar y José de San Martín. Considerado como el principal puerto de Ecuador, la región era muy importante para Colombia y Perú por lo económico y lo estratégico, sobre todo por su puerto y las relaciones comerciales. En lo estratégico esta zona, era el punto de acceso desde Quito, Cuenca o Bogotá. En lo económico, a Perú le convenía mantener su acceso a la producción agrícola, astilleros y recursos madereros. En 1820 el valor total de las exportaciones ascendía a 1 millón 448 mil 100 pesos, de los cuales 520 mil provenían de la exportación de cacao a Lima. El comercio con Perú exigió una flota de 100 buques, ingreso ascendente a 275 mil pesos anuales por conceptos de fabricación y acarreo. La historia aborigen precolombina ecuatoriana posee cuatro periodos con una edad aproximada de 12 mil años. Existen varios asentamientos importantes en la región de la costa, andina y amazonía; entre las más notables está la cultura Valdivia. En el 2010 la población ecuatoriana estaba compuesta por el 71,9 por ciento de mestizos, 6,1 blancos, 7,2 afroecuatorianos, 7 por ciento indígena y 7,4 montubios (población rural con su particular concepción de desarrollo y cultura e identidad propia). Con más de 50 volcanes, los temblores de tierra en el país de la mitad del mundo son frecuentes. Las playas son atracción aunque no con arenas blancas producto al origen de las rocas y el suelo medio arcilloso arenoso del color de la cerámica antes de cocinarse. Como es característico en el océano pacifico, las olas son fuertes casi todo el año, factibles en algunas regiones para practicar el surfing. Aunque en las cercanías de carreteras no se observa la caña de azúcar, este es un cultivo tradicional en algunas regiones, a lo igual que el café y cacao. El aguardiente ecuatoriano es fuerte y con un gusto dulzón. Tres cervezas son las típicas nacionales: la Pilsener, la más popular y que ya arribó a los 100 años, de igual manera está la Club y la Brahma. Entre los ritmos musicales más gustados está la cumbia, la salsa y otros modernos cautivadores, sobre todo, de los jóvenes aunque el tradicional Pasillo es reconocido. Sin embargo, el ecuatoriano es bastante romántico, mantienen viva la tradición del noviazgo, compromiso y matrimonio. Gustan de ser educados y no hablar alto, siempre saludan, dan las gracias y piden el por favor. El país es una gran mezcla de identidades, tradiciones y diversidad, algo expresado desde sus orígenes biológicos, la ideología y la inclinación por el clima, la manera de vestir y los alimentos a comer.

1 comentario:

Clari dijo...

que importante es conocer todo nuestro pais por toda la naturaleza y los distintos paisajes y culturas que nos tiene preparado.
tengo ganas de viajar, siempre las tengo, voy a buscar vuelos a Buenos Aires desde el Calafate para ir a conocer la ciudad porteña!