viernes, 4 de diciembre de 2009

Dos "Pepes" opuestos


Por Rubicel González
rubicel@ahora.cu
Quiso la casualidad que dos naciones latinoamericanas realizaran el pasado domingo procesos eleccionarios donde los ganadores se apodaran “Pepe”. Aunque esto sea lo único que las relacione, si bien la ocurrencia de ellas estuvieron matizadas por circunstancias diferentes. Una, aplaudida y felicitada por la comunidad internacional; mientras la otra, permanece envuelta en el negro humo del golpe de estado en junio pasado.
Hablo de Honduras, que con la llegada de Manuel Zelaya y su incorporación al ALBA poco más de un año, emprendió un desarrollo integral incomparable en la historia de ese país. Luego de meses del “golpazo” militar y oligárquico, represión y violaciones civiles, se orquestó un plan con el apoyo de EEUU para evitar la restitución de Zelaya y consumar elecciones presidenciales.
De ese nutrido sumo de manipulación, cinismo y “fuerza bruta”, salió el electo presidente Porfirio Lobo Sosa, conocido popularmente como “Pepe Lobo”. Nacido en el departamento de Olancho el 22 de diciembre de 1947, procede de una familia acaudalada en la producción agrícola y ganadera. Líder del derechista Partido Nacional, en los comicios del 2005 tuvo que conformarse vencido por “Mel”.
En declaraciones recientes manifestó que lo más importante son los Estados Unidos y que no permitirá las “narices de nadie”, en completa alusión al presidente Chávez y el bloque integracionista que representa. Denuncias de la farsa electoral hablan del elevado abstencionismo, una estrategia convocada por el Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado.
Otros describen la presencia del ejército y la policía como atemorizante, mientras los pocos observadores electorales calificados, pertenecían a organizaciones sociales y políticas de la derecha. Para colmo, su función no trascendió poco más en tomarse fotos de un lado a otro.
El grupo beneficiado se siente feliz y optimista a costa de la realidad que pretenden vender al mundo. El mismo “pepe lobo” cree en “…un pueblo que acudió masivamente a votar.” Por otro lado, aparecen explicaciones respaldadas en los emigrantes hondureños para justificar la ausencia de votantes.
Sin embargo la mayoría de los países no reconoce el nuevo presidente. Entre las excepciones se encuentra Washington, cuyos funcionarios del gobierno otorgan financiamiento y se reúnen seguidamente con los golpistas; contubernio salido ya a la opinión pública con la indiscutible implicación de la base militar de Soto Cano en el golpe y su permanencia.
Pero a miles de kilómetros del territorio centroamericano descubierto y apodado por Colón, la jornada electoral creaba en Uruguay una participativa concurrencia a las urnas en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. “El Pepe”, en su primer discurso como presidente electo, mencionaba el sufragio como una fiesta del pueblo que tuvo lugar en completa normalidad.
Miembro del ganador Frente Amplio, José Mujica, es un antiguo combatiente Tupamaro de 74 años de edad. Definido por algunos como un hombre de campo y sencillo, en una entrevista afirmaba: Soy un tipo común y corriente. En su campaña anunció que seguirá la línea de gestión social y económica de Tabaré Vásquez, con un peso contundente en la “honestidad de la clase política”.
“El Pepe”, pasó más de 14 años de prisión y una vez inmerso en la política, fue senador y ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca entre 2005 y 2008. Su plan de administración contiene como lema principal: un gobierno honrado, un país de primera. De lenguaje coloquial y sin tapujos para enfrentar los temas, Mujica se ha ganado la atención y credulidad no sólo del pueblo sino también de la prensa.
Ambos presidentes elegidos tomarán posesión en enero próximo. Pero sin dudas, en el futuro o el cambio, serán protagonistas los pueblos que sepan luchar por lo que quieren, y no los “pepes” de un gobierno. Sean estos de izquierda o derecha.

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