viernes, 24 de diciembre de 2010

El justo saldo del sueldo indirecto en Cuba


Por Rubicel González
rubicel@ahora.cu
¿Sabe usted el valor de lo que se reparte en la canasta familiar? ¿Ha pensado si habría de pagar objetivamente cada servicio o atención recibida a diario? Seguramente, cinco minutos después de iniciar lista y cálculos, la mala realidad lo golpearía tan profundo que preferiría tenerla solo en conjeturas, como un ejercicio para afinar los conocimientos económicos y reconocer a cabalidad, los beneficios que gozamos.
Sin embargo, sería bueno preguntarse cómo llegan muchos productos a nuestro consumo, cuánto se invierte en ello y lo que nos costaría si no estuvieran protegidos por subsidios. Se trata de afinar la punta al lápiz y sacar cuenta de lo que tenemos, porque cuantitativa o cualitativamente, su impacto social sobrepasa lo faltante económicamente.
No creo que el tiempo se detuvo con los logros que desde décadas alcanzó la Revolución, inevitablemente la gente cambió y con ellas sus prácticas. Cada vez más alejadas del capitalismo pasado, las nuevas generaciones, sobre todo, comprenden nuestros frutos de una manera diferente y hasta inconforme. El consumismo en un estrecho sector de la sociedad, es por estos tiempos medidor del bienestar social donde el sueldo, para muchos, no satisface las necesidades o parte de los “placeres” inherentes al ser humano.
Aun así, todos y cada uno de los cubanos recibimos salarios indirectos con los numerosos subsidios y servicios gratuitos, independientemente de si trabajan, son útiles o un peso para los que viven de esta manera. Comienzo con un ejemplo de algo tan importante para nosotros como lo es la alimentación.
Amén de detractores y defensores de la tarjeta de abastecimiento, lo cierto es que los productos ofertados en ella significan mil 16 millones 200 mil dólares que el país destina en ello. Este monto dividido entre la población cubana al cierre del 2009, representa 90, 38 dólares per cápita ¿Imaginan si la pagáramos así?
El propio pan normado que se vende a diario en 20 centavos moneda nacional, cuesta muchísimo más. No solo es trigo cuyo precio internacional oscila por encima de los 250 dólares la tonelada, también es sal, levadura, etc…unas 326 mil toneladas de masa de pan se realizan para la población, surtido de estricto cumplimiento e infaltable en desayunos o meriendas.
Otro caso bien convincente son los 87 mil 473 niños que, hasta octubre en Holguín, recibían un litro diario de leche, ya sea fluida o en polvo. Al valor actual del mercado, sus padres tendrían que desembolsar 32 centavos en moneda convertible por cada litro, más de 116 dólares al año. Ese sería el importe sin otros costos agregados como el flete de importación, transporte interno y almacenaje.
Entre el 2000 y 2009, el país dedicó 77 mil 769 millones de dólares en alimentos. Años de coyunturas complejas, con la afectación de varios huracanes y fluctuaciones negativas de gran impacto en los precios de exportación e importación. Cada año la población mundial aumenta más de 70 millones, los suelos se degradan, los recursos no renovables se agotan; pero los “mandados”, invariablemente, llegan.
Nuestro sistema de salud no solo ha alcanzado niveles de excelencia en la calidad y profesionalismo, sino que continúa siendo gratis a pesar del bloqueo. A nadie le cobran la atención pero todo vale: un parto 221, 70 dólares, un rayo X 57, 35 dólares. Nada más en el hospital Vladimir Ilich Lenin, medio millón debe invertirse al cierre del 2010 para marcapasos bicamerales, cada uno a 5 mil 126, 90 pesos en moneda convertible.
En la calle mucha gente demanda el aumento del salario sin analizar su correlación con el incremento de la productividad en los bienes, servicios y aprovechamiento de la jornada laboral. Algunos otros, por ignorancia casi siempre, ponen a Cuba a la par de los que menos sueldo promedio poseen.
Sin embargo, en estos momentos mil 750 millones de personas en 104 naciones viven en situación de pobreza multidimensional. Es decir, con graves privaciones en salud, educación y nivel de vida. Por otro lado, según informe de la ONU en 2010 sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, uno de cada cuatro niños menores de 5 años padece de insuficiencia ponderal.
Las causas radican en la falta de alimentos, mala calidad de la comida, servicios de saneamiento, agua y salud inadecuados; así como condiciones precarias de higiene y alimentación.
Hay muchísimas cosas que son únicas de nuestro sistema social aunque no perfecto, reconocerlo es lo primero. Nos toca cuidar e incrementar los logros obtenidos si se aplica una fórmula sencilla: trabajar y ahorrar. De ningún lado vendrá la solución para producir más, que es también aumentar ganancias y tener más con mayor calidad.

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