lunes, 13 de abril de 2009

Agricultura en Guamuta: energía y resultados


Por Rubicel González
rubicel@ahora.cu
Durante décadas la siembra de café fue tradicional entre los campesinos de Guamuta en Cueto. Actualmente el protagonismo de los cultivos varios y la producción de leche indican que la agricultura de la zona se desdobla siendo capaz de suplir su propia demanda. En lo anterior, significativo impacto tiene la entrega de tierras ociosas pues unos 12 parceleros ya guardan energías y recursos para sacar del surco el máximo provecho.
En la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) “21 de Septiembre” se encuentran asociados 44 productores, de ellos 34 cafetaleros. Son algo más de seis caballerías que contienen este grano, en las que poco más de la mitad se cosechará esta temporada. Las demás permanecen en fomento con edades entre uno y tres años.
La estrategia para renovar y rehabilitar todas las áreas comprende hasta el 2013 y en el 2008 se concluyó la primera caballería. Marjori Mendoza, extensionista del frente cafetalero de la zona, explica que a causa del ciclón Ike se perdieron mil 100 latas y todavía hay fincas afectadas con árboles derribados. El fenómeno meteorológico acrecentó la situación de los últimos años, pues el rendimiento no ha sido bueno por causa de la despoblación y edad de los cafetales.
Otro aspecto que influyó negativamente es la Broca, que ataca el fruto y provoca la disminución de peso y por tanto la calidad y precio del mismo. Esta plaga, considerada la más dañina para el cultivo, es capaz de reproducir tres millones en 30 días con un solo ejemplar hembra. Según Mendoza, este año se sanearon todos los terrenos básicamente con el empleo de trampas rústicas. Hasta la fecha existen más de 3 mil activas, pero demandan 30 por hectárea. Su efectividad es tal, que cada una puede matar semanalmente 4 mil de esos insectos.
En otros aspectos que trabajan para alcanzar el plan del 2009 que consiste en 2 mil 500 latas, son las tareas de poda, regulación de sombra y el desyerbe para mayor florecimiento con la temporada de lluvia. Los campesinos pueden implementar además, técnicas de fertilización orgánica como el humus de lombriz, financiado por el estado al igual que las pérdidas por situaciones extraordinarias.
Sin embargo, la cooperativa atiende con igual importancia la proliferación de los cultivos varios, en vistas de su aporte para la alimentación de la comunidad. Entre las viandas destaca el boniato y la malanga, esta última alcanzó los 120 quintales.
Asimismo, las hortalizas gozan de gran aceptación por los vecinos quienes encuentran en su propio barrio un puestecito con tomate, cebolla y otros productos. Pero aún no son suficientes los niveles de ñame para comercializar y el desarrollo mular no se potencia en todo su alcance, vital en las montañas.
Mientras unos limpian y plantan sus estancias, otros alistan detalles para recibir con alegría la llegada de las lluvias. Mucho trabajo le esperará para entonces, pero nada que le impida esa entrega ancestral con la tierra que no sea ponerla a parir. Por ahora, ganas y brazos sobran.

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