lunes, 14 de mayo de 2007

Caso papa Carriles

Por Rubicel González
rubicel@ahora.cu
El desprestigio de una Administración, que a capa y espada confecciona su política, la bautiza, manipula y luego ignora, arribó al limite de lo inaudito concediéndole libertad el pasado martes, al hombre cuyas espaldas están manchadas con sangre inocente durante décadas.
Otra vez la justicia en Estados Unidos es maniatada por indicaciones precisas de ciertos grupos y personajes con abultada trayectoria si de infamia se trata; ávidos de esconder los “trapos sucios” que de relucir, los forzaría a pronunciar argumentos más convincentes a la opinión pública. El histórico engranaje macabro, cuyo caldo de cultivo es la mentira y complicidad funciona muy sencillo en estos casos: una mano lava a la otra, y las dos la “papa caliente”.
Tanto el gobierno, como la CIA y los grupúsculos de Miami, triada de escandalosa reputación, se confabularon para darle impunidad al caso Posada Carriles desde su entrada al país. Aunque, en esta ocasión le pusieron la tapa al pomo, dicho en buen cubano, al no ser juzgado siquiera por los siete cargos migratorios que se le imputaban.
En el escenario volvió a encontrarse Kathleen Cardone, la misma jueza que aprobó la libertad condicional, y esta vez, lavándose las manos como Poncio Pilato no quiso inmolarse como el “chivo expiatorio” que el Gobierno necesitaba con su veredicto del proceso.
Este ha hecho de todo para no sentenciar a Posada por sus verdaderos crímenes y en cambio busca camuflajearse detrás de artificios legales o decisiones judiciales, cuando descaradamente, le ha prestado asesoría jurídica, protección ante la convención de la tortura y un perfecto montaje estudiado por meses para desestimar los cargos que presentaba.
Cardone fue clara y concluyente en sus argumentos “Además de cometer fraude, engaño y tretas, este tribunal considera que las tácticas del gobierno son tan burdamente chocantes y tan escandalosas que violan el sentido universal de la justicia”. Como dijera José Pertierra, abogado de Venezuela en la extradición de Carriles, la jueza ha desnudado la Casa Blanca ante el mundo.
Algo indignante que también consta en las 38 páginas del informe de Cardone, es el rechazo a las cintas en la vista presente o para el futuro, de la entrevista efectuada por Posada en abril del año pasado, debido que la magistrada consideró no podían aplicarse como pruebas por su mala calidad en imágenes y errores de traducción. Una carnada en el anzuelo, que el experimentado pez Carriles y sus compinches colocaron en la palestra pública para simular la gestión de un proceso contra él.
No obstante, muchos especialistas opinan que el terrorista puede enfrentar el cargo civil por la entrada ilegal a Estados Unidos, de tomarse esta decisión, podría detenerlo y deportarlo a otro país que por supuesto, no es Venezuela. Sin embargo, la República Bolivariana sigue exigiendo la extradición y prepara denunciar ante organismos internacionales el cinismo del Imperio en torno a Posada.Por su parte, el Comité Nacional por la Libertad de los Cinco estuvo durante toda la semana realizando manifestaciones en varios estados norteamericanos, desde Texas, Washington y New York en repudio a la hipocresía del Gobierno. El pueblo de Cuba y Venezuela se unieron junto a otras voces del planeta para condenar al terrorista confeso y exigir se haga justicia, se impone una batalla política para ganar la batalla legal.

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