Por Rubicel González
rubicel@ahora.cu
Sea policíaco o espionaje, desde las aventuras de Sherlock Holmes hasta el Agente 007, no dudo que en todo el mundo los apasionados de estos relatos se “coman las uñas” en ataque de nervios. Sin embargo, cuando la ficción se acerca a los hechos que los hombres protagonizaron con su vida, la connotación adquiere doble impacto, el entretenimiento da paso a la reflexión, las preguntas afloran, se reconoce y admira no por lo sensacional o mediático, sino por los valores que transmiten.
En homenaje a esas historias, fundamentadas en las vivencias de personajes y circunstancias reales, cobraron vida realizaciones televisivas en Cuba, convertidas en clásicos, como En Silencio ha Tenido que Ser, Julito el Pescador o la novela Aquí las Arenas son más Blancas.
Mas allá del drama, de lo objetivamente imposible y fantasiosamente probable, ¿Quién se atreve a negar cuánto nos conmovieron? La tensión del rostro no era tal: dignidad; el brillo de los ojos, no lágrimas si no esa llama que se prende con el coraje. Tanta identidad se entabla con materiales así, que cada palabra o gesto parece provenir del amigo cotidiano por quien se está dispuesto a tomar su lugar si un enemigo obtuso insiste en “chivarnos”.
Casi 13 años después que la decorosa misión en organizaciones contrarrevolucionarias fuera del país, saliera a la luz pública con los 5 Héroes presos en Estados Unidos, testimonios de seis cubanos de la Seguridad del Estado, no menos heroicos, denunciaron en las Razones de Cuba las campañas de todo tipo que el Norte teje con la ayuda de Europa.
¿De que están hechos estos hombres que arriesgan todo por un ideal? Claro, que como toda persona ellos también poseen sueños, metas, ríen y padecen ¡Pero que tan difícil es representar al que no se es! Hay que tener los pantalones bien puestos y mucho dominio de sí para para dirigir los sentimientos y engañar en apariencia a enemigos y amigos, si acaso el uno era el otro y eso lo hace más duro de soportar.
Estos compatriotas no son el resultado de la ideología hollywoodense de sus superhombres, ni experimentados agentes graduados de sofisticadas escuelas de inteligencia; tan solo cubanos con vergüenza, amor a su revolución, sentido del deber. Gente de pueblo forjado en la intelectualidad, la cultura y las ideas, sin que aún por lo poco bisoño, dudaran en “cumplir” a costa de su propia familia y seguridad.
Los capítulos de esta serie son además el desmantelamiento de los constantes planes de injerencia y subversión del Imperio por medio de sus peones diplomáticos, organizaciones internacionales, agencias y fundaciones como la NED y USAID.
La primera, surgida en 1982 bajo el nombre de Fundación Nacional para la Democracia, es responsable de canalizar fondos del gobierno Norteamericano para ofrecer ayuda política internacional en pos de sus necesidades y la política exterior en naciones estratégicas.
Su accionar se presenta en más de 70 países, fuertemente en Latinoamérica, sobre todo en gobiernos de corte izquierdista y antimperialista. Su hermana menor, la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos, está dirigida a apoyar movimientos políticos en el exterior que promueven los intereses norteamericanos. Además de Cuba, posee gran presencia en Bolivia y Venezuela, en este último financia 380 grupos, organizaciones y proyectos con 10 millones de dólares anuales de presupuesto.
El actuar de Carlos Serpa, Moisés Ramírez, Dalexis González, Frank Carlos Vázquez, José Manuel Collera y Raúl Capote será ejemplo para otros jóvenes que en este momento o en el futuro, realizarán hazañas como personajes anónimos. Ellos, como Julito (Juan Saíz) y “David”, cargan sobre sus hombros el dulce sacrificio de cumplir con las razones de las ideas y la patria. Es el mismo, difícil pero irrenunciable precio, que paga Cuba por ser libre y socialista, ese es el mensaje también de las Razones. Estamos seguros que aquí seguridad es lo que se sobra.
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