lunes, 8 de agosto de 2011

Cuerno sin abundancia

Por Rubicel González
rubicel@ahora.cu
Desgarradoras imágenes como esta en el campamento de refugiados keniano de Dadaab, el mayor del mundo con más de 400 mil personas, acontecen ahora mismo entre miles de niños en seis países del Cuerno de África. Acentuada por una intensa sequía sin precedentes en 60 años y la insurgencia en Somalia, la crisis alimentaria amenaza la subsistencia de casi 12 millones de personas.
Según la FAO, la coyuntura se ha agravado debido al elevado precio de los cereales a nivel local, una excesiva mortalidad del ganado, los conflictos y el acceso restringido a la ayuda humanitaria en algunas zonas. La situación es tal que las muertes se estiman en un millón, mientras la UNICEF calcula que más de dos millones de infantes sufren desnutrición y 500 mil están en riesgo inminente de muerte.
La falta de agua potable, alimentos, atención sanitaria y servicios de saneamiento, problemas acumulados durante años, dieron al traste en una región donde el fenómeno de La Niña, ha interrumpido la temporada de lluvias por dos temporadas consecutivas.
En Kenia y Etiopía no llueve hace un año y tres en Somalia. La situación trajo consigo pérdidas ganaderas, entre 40 y 60 por ciento en algunas regiones, donde decreció además la producción de leche y las incipientes cosechas. Algunos de estos territorios dependen de algunas exportaciones de la agricultura monocultivo.
Y es que cerca del 80 por ciento de la población en el Cuerno de África, con unos 100 millones de habitantes y 2 millones de metros cuadrados depende de la agricultura como principal fuente de alimentos e ingresos. En Etiopía el café representa el 80 de sus exportaciones totales y Somalia el 50 por ciento a base de plátano y ganado.
Al campamento de Dadaab arriban cientos de nuevas personas por día, muchas veces caminando durante casi semanas. Muchos han perdido sus hijos y otros no saben dónde se encuentra su familia. Abdulá, es un padre que alimenta a su bebe mediante gotero pues apenas soporta ingerir líquidos. Con tres años solo pesa 3 kilos.
Según colaboradores de la UNICEF, en esta aguda fase de malnutrición, los infantes requieren productos terapéuticos especiales. Se trata de soluciones dulces y saladas administradas vía nasal; después ingieren una leche especial hasta que la digestión funciona de nuevo, y más tarde, una pasta de maní particularmente ricas en nutrientes.
Las epidemias inundan la zona puesto que Etiopía y Kenia están enfrentando el Sarampión que en Dadaab asciende a cientos de casos confirmados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que 8,8 millones de personas están en riesgo de contraer Malaria y 5 millones Cólera en Etiopía, debido a las condiciones insalubres y de masificación.
A pesar que la ONU y la Unión Europea han creado fondos para la ayuda a la crisis y varias organizaciones y personalidades como el Papa, promueven la solidaridad en internet; la cruda realidad es que algunos ven allí un negocio y la ayuda necesaria no acaba de hacerse patente. El sitio digital Rebelión denunció hace unos días que algunas de las tierras más fértiles de Etiopía, a orillas del río Omo, se están alquilando a empresas malasias, italianas y coreanas.
Unas 245 mil hectáreas serán utilizadas entre otros cultivos para caña de azúcar, lo que afecta a 90 mil indígenas que dependen de ellas para comer. La construcción de la presa Gibe III, la mayor de África y los cientos de kilómetros de canales de riego dejarán sin sustento a los pobladores que se quejan de ser amenazados y torturados para que no haya oposición.
Por otro lado, otros aseguran que la crisis alimentaria se ha usado como arma de guerra por Estados Unidos y aliados en el Cuerno, puesto que el gobierno etíope ha impedido que la Cruz Roja Internacional y otras agencias de ayuda realicen su trabajo. Lo cierto es que contrario a lo que endilga la mitología griega con el cuerno de Amaltea, capaz de propiciar innumerables bienes y prosperidad, esta porción de tierra africana solo conoce la abundancia de muchos males juntos.

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